El lunes pasado DC presentó la primera portada de Frank Miller para Dark Knight III: The Master Race, que adornará un minicómic que será incluido con la serie principal. El resultado en las redes sociales no se hizo esperar; prácticamente todos los fans y algunos creadores saltaron para atacarla y ridiculizarla. Incluso sitios como io9 se unieron a la diversión, destacando la curiosa decisión de Miller de resaltar las partes no-tan-privadas de Superman en la portada.
Pero Miller tuvo algunos defensores. El siempre polémico Rob Liefeld uso Facebook para abogar por Miller:

BACK OFF FRANK MILLER! You people attacking his artwork for Dark Knight 3 are horrible and I’ll tell you why. 1) Frank…
Posted by Rob Liefeld on Monday, October 5, 2015

La defensa «Cállense proles, Frank Miller ya está anciano y ustedes nunca serán tan grandes como lo fue él» es una bonita bola de falacias, apelando a una combinación de lástima y respeto que se podría catalogar en «Por favor no me defiendas». Ademas de que no defiende mucho el arte en sí, con una tacita aceptación que sí, es bastante feo, pero es que Miller ya no puede hacer nada mejor.
Otros realizaron un trabajo mucho mejor. Kurt Busiek prefirió usar Twitter, porque es una gran plataforma para una larga apologia, supongo:

Darragh Greene, editor y autor de la colección de ensayos académicos Grant Morrison and the Superhero Renaissance tomo una ruta similar y comentó:

Es difícil que nos guste lo feo. Toda nuestra cultura adora la belleza y especialmente la belleza del cuerpo. En particular, el Superman feo y rudo de Miller subvierte las costumbres del cuerpo hermoso que es parte central del género de los superhéroes. También, la fealdad es irónica – deliberadamente, creo – en el contexto de una historia titulada «La Raza Maestra». Estoy seguro que Miller está haciendo lo que quiere y podría dibujar un limpio Superman si lo deseara, pero no quiere. Está tomando la estética punk de DK2 y la está llevando más allá.

En mi opinión, Busiek y Greene entienden mejor lo que está haciendo Miller. Muchos de nosotros crecimos leyendo cómics después de Frank Miller, una vez que se volvió normativo el estilo que lo caracterizó en la segunda mitad de la década de los 80s, y se nos olvida que Miller se volvió famoso haciendo cosas como esta:
¿Es realmente tan distinta la portada reciente a la del segundo libro de The Dark Knight Returns? Es igualmente bastante estilizada, y parte de los estándares estéticos de Batman a los que nos tenían acostumbrados Neal Adams o Jim Aparo. El ethos de Miller como creador siempre ha sido desafiante, dotado de un carácter que suele romper paradigmas. Una vez que se alejó del Marvel ‘house style’, su arte dejó de ser ‘bonito’ y se enfocó en crear imágenes memorables, porque el arte de Miller no se convirtió en uno de los mejores ejemplos de narrativa por su belleza, sino por el impacto de sus composiciones.

El arte reciente de Miller parece estar muy influenciado por el de Jack Kirby, excepto por una gran diferencia: en vez del idealismo Platónico detrás de la representación de superhéroes del Rey, se encuentra una brutalidad y fealdad a la que muchos reaccionan negativamente. Esta brutalidad es filosófica, y no meramente superficial e infantil como la que encontramos en muchos cómics actuales  – que de hecho, descienden de Miller, sin entender qué es lo que lo hizo grande. Los héroes de Miller son Übermenschen, pero no usados de esa manera tan positiva e inspiradora de Grant Morrison, sino terroristas o títeres de fuerzas oscuras.

Cada mes recorro las solicitaciones, viendo una multitud de portadas que desaparecen de mi mente una vez que mis ojos avanzan; con Frank Miller, eso es imposible. Esa imagen de Superman siendo golpeado por Atom es sobresaliente, y difícil de olvidar. Miller no está estancado artísticamente como John Byrne o George Perez (oh no I didn’t) sino que está constantemente evolucionando a atreves de una trayectoria que estableció desde hace 30 años que hacen de su arte algo genuinamente interesante y perturbador; una creatividad que no es compartida en la blanda y homogénea mezcla que es la mayoría de los cómics publicados actualmente.

–Héctor.

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