«Siento una perturbación en la
fuerza»

Obi-Wan Kenobi
Para mi primera columna en la cueva
había pensado escribir sobre el racismo en las redes sociales cada vez que se
elige a una persona de raza negra para interpretar a un «intocable dios de
la infancia»; pero soy «warsie» y dado el nombre que escogí, es
apropiado que comience con las noticias de la lejana galaxia puesto que para
muchos han sido perturbadoras; creo que hasta escuché a Obi-Wan expresar su
famosa frase hace dos noches antes de irme a dormir.
Lo preocupante fue que un director más
fue echado con todo y tiliches de la producción, está bien, eso no es cierto,  todavía no tenía utilería para llevarse, solo
un  montón de papeles que era su guion.
Colin Trevorrow no llegó a filmar ni un cuadro del Episodio 9, a pesar de que
había sido anunciado con tanto optimismo para rematar el acto final de la nueva
saga.
El despido es el tercero bajo las
órdenes de Kathleen Kennedy y todo hace suponer que la mujer debería abandonar
el crucero imperial en donde defiende al maléfico imperio de los productores,
pero ¿es así? ¿Todo es culpa de Kennedy?
Analicemos rápidamente las salidas de
directores, quienes hay que decir que todos tenían como común denominador el
haber demostrado cierta capacidad en sus proyectos recientes, tal como Gareth
Edwards y Rian Johnson, uno con una película ya aclamada, y el otro con el que
menos problemas ha enfrentado, sin publicidad negativa y con todo el apoyo
hasta el momento, falta ver el Episodio 8 para un juicio final.
Josh Trank, el creador de la bien
recibida Chronicle, fue el primero en irse de estas producciones en
forma de spinoff. Se dijo primero que fue por el mal comportamiento del
director cuando realizaba Fantastic Four, lo cual está reflejado en
la película, con ello sellando su despido. Sin embargo, tiempo después Trank
afirmó que él fue quien rogó hacerse a un lado, puesto que el resultado de Fantastic Four le indicó que debía perseguir proyectos originales y no llevar el peso de una
franquicia, es decir, Kennedy no lo despidió.
El segundo en la fila (o segundos)
fueron el dúo Christopher Miller y Phil Lord, creadores de Cloudy With a Chance of Meatballs.  Los directores
fueron exigidos por Lawrence Kasdan, una voz poderosa en la fuerza, para que
dirigieran su bebé, el spinoff de Han Solo, que en realidad quería dirigir
Kasdan pero que no le era permitido por ciertas leyes cinematográficas. Kasdan
pensó que podía hacer lo que quería con ellos, mientras que Lord y Miller
pensaron que podían hacer lo que les daba la gana con el guion de Kasdan.  Pequeña falla de comunicación. El final era
previsible. Kasdan tiene tanto peso como Kennedy, aunque sea moral, dentro del
universo warsie, así es que Kennedy fue obligada a contratarlos… y a
despedirlos.
 
Y viene el último de la fila,
Trevorrow, al que sí se le puede achacar toda la culpa a Kennedy, al menos es
lo que parece hasta ahora. Después de entregar un blockbuster enorme con Jurassic World, parecía más que ideal para llevar el peso ya no de
un spinoff, como en los casos anteriores, sino el de los capítulos de saga, y
con el «bang» final ni nada más, ni nada menos.  Tal vez fue la experiencia con Lord y Miller,
tal vez a Kennedy le dolieron las críticas de que no había prestado atención al
proyecto de Han Solo y que debió haber jalado la cuerda antes; lo que se dice
es que el guion de Trevorrow sufrió un tremendo golpe con la muerte de Carrie
Fisher, y la decisión de Lucasfilm de prescindir del personaje de Leia en el
capítulo final.
No hubo taza de café, cerveza, porro de
marihuana o contacto con la fuerza, que le proveyera la salida al escritor y
director, por lo menos una satisfactoria. Es muy probable que Kennedy sí
tuviera la mano más pesada después de lo sucedido con Han Solo, así
que la decisión de deshacerse del director endeble antes de comenzar a filmar
es bastante comprensible.
Al analizar los hechos, para mi, solo
un despido de los tres tiene a Kennedy como firma en todos sus aspectos. Aunque
esto no la exime de las críticas del todo, al final de cuentas ella está al
frente del barco.
Es responsable de entrar a un juego
apresurado que marca la industria y que parece dar como único productor bien
librado en elloa a Kevin Fiege (aunque también ha tenido sus problemillas). Ese
juego que tuvo como características el elegir directores con tanta anticipación
por contar con un buen proyecto en su currículum y no esperar a un segundo
filme para corroborar la capacidad en el caso de Trevorrow y Trank; y el de
confiar en el poderoso Lawrence Kasdan en Miller y Lord. En el caso de Edwards
y Johnson funcionó, en los demás es la triste historia que ya comentamos.
¿Me preocupa? Ni un poco. No siento
perturbación en la fuerza, no la sentí cuando salieron Miller y Lord, mucho
menos ahora. Kennedy lleva dos aciertos en dos entregas. Creo en ella y en su
capacidad. Hasta el momento me ha hecho feliz y no veo el por qué desecharla de
un proceso como si fuera entrenador de la selección mexicana de fútbol, aunque Han
Solo
resulte ser una porquería.
¿Y quién vendrá para terminar el
episodio 9? Se dice que Rian Johnson, lo que sería coherente por la forma en
que ha trabajado con Lucasfilm, se dice que J.J. Abrams para terminar su bebé,
lo que también sería fabuloso para Star Wars, entonces ¿para qué preocuparse?
Hay que confiar en la Fuerza.



#Esteban

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here