Y llegó la comedia mexicana que rompió todas nuestras expectativas.

Basada en la popular tira cómica creada por Ricardo Cucamonga, dirigida por Catalina Aguilar Mastretta y Santiago Limón, escrita por María Hinojos acompañada de un equipo técnico y de producción integrado mayoritariamente por mujeres, Cindy la regia nos cuenta la historia de Cindy (Cassandra Sánchez Navarro), una chava regiomontana que está a punto de cumplir las exigencias sociales de su circulo social y familiar de San Pedro Garza García al casarse con su novio de varios años. Insegura ante una relación que le provoca tedio, Cindy huye a la Ciudad de México para poner sus pensamiento en orden, mientras se reencuentra con su prima lesbiana (Regina Blandón), su abuela apenas conocida (Isela Vega) y consigue un trabajo en Moi, la revista de Martha Debayle (interpretándose a ella misma).

No tenía muchas ganas de ver Cindy la regia porque salvo Blandón, la cinta no me parecía por interesante o atractiva para mis gustos. Sin embargo, el revuelo causado tras su estreno, y las reseñas positivas de un montón de gente que respeto y admiro me animaron a darle una oportunidad. Sali encantando. Cindy la regia es una fantástica comedia que subvierte las expectativas y nos entrega una poderosa reflexión feminista y que celebra la diversidad sexual, algo inusual en el cine mexicano.

Cindy huye de Monterrey porque aunque esta cumpliendo el plan de vida que otros trazaron para ella (sus padres y su contexto social), no se siente segura de realmente amar a su novio quien le parece aburrido e insatisfactorio. Cuando llega a la Ciudad se reencuentra con su prima Angie (Regina Blandón), una Godínez hípster feminista de quien eventualmente descubre es lesbiana y tiene una relación con Rox (Nicolasa Ortiz Monasterio) una chava con quien debe mantener discreta su relación porque su familia conservadora no acepta su sexualidad.

Además se reencuentra con su abuela Mercedes (Isela Vega) a la que apenas vagamente conocía mencionada. Estando con ella, descubre su historia: Mercedes fue la madre de su padre y su tío en un matrimonio arreglado respecto a un hombre al que no amaba. Cuando sus hijos cumplieron 16 años, ella decidió huir de ese ambiente que la asfixiaba, y vivir en la Ciudad de México, en sus propios términos, siendo hoy en día una señora locochona que disfruta ir a bailar danzón los jueves mientras disfruta su vejez plena pero feliz.

Cindy es castigada económicamente por sus padres quienes además inventan que está en el extranjero arreglándose para la boda, como una tapadera para lo que para ellos es una vergüenza familiar. Cindy se ve obligada a buscar trabajo y gracias a un fotógrafo amigo de su prima (Roberto Quijano), consigue empleo ayudando en la edición de Moi, la revista de Martha Debayle, donde Cindy demuestra una gran habilidad visual para comunicar y diseñar. Conviene señalar que es glorioso como Debayle abraza la caricatura conceptual que tenemos de ella, mostrándola como una mujer exigente, exagerada, excesivamente fresa y relativamente insoportable. Es incierto, si Debayle es realmente así, pero cuando menos como caricatura es divina.

Todas estas secuencias o momentos que Cindy va viviendo, le permiten a la cinta explorar las dos temáticas que mueven su trama. Por un lado, Cindy se empodera, dándose cuenta que no es una mujer tonta, como muchas veces le habían dicho, que tiene agenda, aptitudes y talentos propios que puede explotar de muchas maneras, y que existen otras concepciones y conceptos de amor y relaciones de pareja distintos a los que ella concebía. Todos estos aprendizajes le sirven a Cindy para darse cuenta que es un personaje más complejo que la caricatura que ella tenía como autoconcepto propio.

Además, la cinta se convierte en un vehículo que celebra la diversidad sexual, pues la trama de Angie y Rox toma relevancia hacia el tercer acto. Cindy comete un error que daña la relación de Angie y Rox, y nuestra protagonista debe encontrar la forma de enmendarlo. La cinta es muy inteligente en la manera en que plasma la diversidad sexual, pues primero se muestra con una absoluta y hermosa naturalidad, tanto en la forma en que Angie y Rox viven su relación, como en como la aceptan y entienden los demás, incluyendo la propia Cindy, para quien debería ser una sorpresa mayor. Mejor aún, la cinta en su tercer acto toma una postura más vocal, al condenar la discriminación que sufren las parejas LGBT provenientes de aquellos que por su credo, religión o postura personal las encuentran reprobables. Cindy hace una valiente defensa del amor diverso, demostrando lo mucho que ha cambiado como personaje.

Todo este entramado temático se ve reforzado por una dirección impecable y un guion espectacular donde se deslizan una cantidad magnifica y bien dosificada de bromas. En manos mas incompetentes, esto pudo ser un hato de chistes sobre regios y capitalinos, y sobre ricos y pobres que ya hemos visto en decenas de películas, y que sólo conducen a una resolución más convencional. Cindy va más allá, nos hace reír y divertirnos, a la vez que hace reflexionar a su audiencia. Considerando que las audiencias para este tipo de comedias suelen ser más casuales que el cinéfilo especializado, resulta encomiable que reciban un mensaje tan poderoso sobre empoderamiento femenino y diversidad sexual, en un empaque aparentemente conservador e inocuo. Si, tiene elementos que podemos criticar y exigir más (respecto a representatividad racial y de clase, por ejemplo), pero como arranque es magnifico.

Cindy la regia es una magnífica y desafiante sorpresa en el cine mexicano; una comedia inteligente que subvierte las expectativas del género al narrar una historia de empoderamiento femenino y diversidad sexual en un empaque aparentemente convencional y donde Cassandra Sánchez Navarro y Regina Blandón destacan de manera virtuosa.

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