Leal, valiente y auténtica.

Completamente encarrerados en su decisión creativa de adaptar en acción viva su catálogo de clásicos animados, y a pesar de las difíciles circunstancias que la industria del entretenimiento enfrentó este año, Disney estrenó en Disney+ (tras varios retrasos y para América Latina sin costo adicional), Mulán, la adaptación en acción viva del clásico animado de 1998 que además se inspira en el personaje del folclor chino surgido del poema «La Balada de Mulán¨.

Bajo la dirección de Nikki Caro, y con guión escrito por Rick Jaffa, Amanda Silver, Lauren Hynek y Elizabeth Martin, la película nos narra la travesía de Mulán, una joven, talentosa y valiente mujer que decide hacerse pasar por hombre para tomar el lugar de su padre dentro del Ejército Imperial Chino, pues el Emperador ha pedido que un hombre de cada familia se una a la batalla del Imperio contra los guerreros Rouran. En este viaje, Mulán no sólo deberá enfrentar los retos de fingir ser un hombre, sino demostrar que es una guerrera leal, valiente y auténtica que puede traer honor a su familia.

El primer tema que siempre salta cuando Disney decide adaptar sus clásicos animados es que tan fiel es a la cinta original, y en general he clasificado las películas de este tipo en dos grandes grupos: aquellas que fielmente la adaptan, y aquellas que se alejan del original. Mulán recae en el primer grupo, aunque probablemente muchos querrán llevarla al segundo.

El punto clave para que una cinta de acción viva que adapta un clásico Disney triunfe como producto fílmico, es que el equipo creativo entienda el alma de la historia, el centro emocional que inspira y mueve el viaje del personaje y lo lleve a encontrar el crecimiento emocional que requiere. Regularmente este centro emocional se debe resumir en pocas palabras y en el caso de Mulán es, en propias palabras del clásico animado, «la flor que crece en la adversidad». Caro y su equipo entienden esto con magistral sabiduría lo cual permite que Mulán triunfe en todo sentido.

Es decir, la esencia de Mulán es persistir, desafiar y trascender. Es así, que en la cinta vemos como Mulán es una mujer que decide desafiar las convenciones sociales y expectativas familiares, demuestra la confianza en sus talentos y habilidades innatas, salva a sus compañeros, al Ejército y al mismo Imperio, y de esta forma, desafiando todo lo que se esperaba de ella, trae el honor a su familia y a su pueblo.

La cinta además es muy inteligente en capturar la esencia del personaje que decide resumir su viaje en tres valores que Mulán posee. Lealtad, valentía y verdad. En ese sentido es muy hermoso como plantea Caro el viaje de Mulán pues los tres se van concatenando y presentando progresivamente en la historia: Mulán es leal a su familia y al Imperio y por ello decide tomar el lugar de su padre en el Ejército, conforme entrena y recupera la confianza en sus habilidades innatas, Mulán descubre que es valiente, lo cual además se confirma cuando decide enfrentar al Ejército invasor, y pelear con la Hechicera, la cual intenta derrotar a Mulán pues el tercer valor aun estaba pendiente.

La verdad. Mulán vive una mentira continua al fingir ser una persona que no es. Esto juega en dos sentidos, pues obviamente Mulán finge ser un hombre, con todas las consecuencias que ello le acarrera, pero más importante aun, Mulán, como mujer, ha sido enseñada y presionada para vivir una verdad que no es la suya, para esconder sus talentos naturales y pretender ser sumisa, callada y servicial. Es hasta que Mulán comprende esto, (y lo cual se plasma en una secuencia de empoderamiento bellísima, donde los acordes de Reflejo redondean el montaje) que ella decide ser auténtica, y tirar todas y cada una de las mascaras que posee.

Es cuando Mulán decide ser leal, valiente y auténtica que tenemos a la Mulán platónica, nuestra heroína irrefutable por excelencia. Una fuente de inspiración que logra convencer a sus pares de rescatar al Emperador, y que sola, logra vencer al enemigo, salvar al Imperio y traer honor a su familia. La Mulán que termina la cinta es una persona que no sólo está orgullosa y confiada en su persona y sus capacidades, sino que ha ganado el respeto de sus pares y familia, el reconocimiento de su sociedad y la confianza y autoestima para seguir siendo siempre ella misma.

En cuanto terminó la película, y Mulán termina su viaje emocional con nosotros, yo quedé embelesado por una cinta que comprendió y estructuró tan maravillosamente el viaje de su protagonista, y actualizó con elegancia y energía un relato sobre empoderamiento, confianza y autenticidad.

Además de ello, hay que destacar que la cinta es visualmente esplendida, Caro aprovechó al máximo los escenarios naturales donde rodó la cinta (y es una lastima que sólo los podamos apreciar en pantalla pequeña), y armó un elenco fantástico en el cual Yifei Liu carga en sus hombros con maestría y elegancia el rol mítico de esta heroína de leyenda. Donnie Yen como el comandante Tung, destaca como el superior que alimenta y guía los talentos de Mulán, Yoson An como Chen Honghui sirve como amigo y potencial interés romántico para Mulán, mientras que Tzi Ma es el noble y encantador Hua Zhou, padre de la protagonista y Jet Li interpreta al Emperador.

La queja más habitual de esta cinta recaerá en dos puntos: lo que se perdió del clásico animado, y lo que se adicionó. En ambos casos consideró que los elementos restados o adicionados no trastornan o destruyen el alma de la historia, y si se extrañan es por pura nostalgia. En el terreno de que perdemos, básicamente son las canciones, Mushu, Li Shang y Cri Kee. Aquí repito lo que siempre he dicho: el alma de estas películas no son sus personajes o canciones, y si bien es valido extrañarlas, siempre tendremos el clásico animado como pequeño refugio creativo.

Se hizo mucha alharaca de que Mulán perdía valor como heroína y personaje porque la cinta es textual en indicar que Mulán manifiesta altos niveles de ‘chi’, explicado como una suerte de conexión especial con la vida que brinda habilidades superiores a las personas, lo cual históricamente beneficia a los hombres como guerreros.

La verdad creó que quienes criticaron esto le echaron, en lenguaje coloquial, demasiada crema a sus tacos. Leí bastantes reseñas y en general todas las que fueron negativas en este aspecto hacían mucho énfasis en como el chi trastocaba y disminuía al personaje. Mi conclusión después de ver la cinta es que sólo buscaron pretextos para atacar a la película porque no estaba Mushu.

Por la manera en que la cinta muestra al Chi, es básicamente las habilidades innatas que todas las personas tenemos en mayor o menor medida como producto de nuestra propia naturaleza e historia de vida. Siendo francos, el chi está mas cercano a lo que facilita que algunas personas tengan habilidades para los deportes, la danza, la pintura, las matemáticas o las relaciones sociales, que lo que hace Mulán lance rayos de sus manos o dispare hechizos por todos lados.

Más aun, el Chi como elemento narrativo, no afecta ni disminuye el viaje de Mulán y su crecimiento como personaje. Porque siguen siendo sus decisiones (rechazar el matrimonio arreglado, tomar el lugar de su padre, salvar a su ejercito, revelar su identidad, regresar a proteger al Emperador), lo que le da fuerza y empuje como personaje. Son sus actos volitivos, los que definen su carácter y naturaleza.

Para ese mismo efecto sirve el personaje de la Bruja, la otra gran adición a la trama. Por como esta construido, el personaje es una mujer que tuvo habilidades similares a Mulán, pero fue rechazada por los suyos y decidió tomar un camino oscuro de destrucción y daño. La existencia de este personaje, sirve para de manera didáctica, demostrar como son los actos volitivos, más que las habilidades físicas, determinan el camino de una persona. Es el clásico «son nuestras elecciones, más que nuestras habilidades, las que demuestran quienes somos» de Harry Potter.

Finalmente, y ese fue el elemento que se convirtió en una cereza para mi, la cinta adiciona un personaje místico en la forma de un Fénix. Según lo establece la propia cinta, el Fénix es el emisario entre los ancestros de una familia y las personas vivas que forman parte de esta, y avisarlo es símbolo de que contamos con el apoyo y confianza de nuestros ancestros. Que estamos en camino de brindarles honor. El ave (que es visualmente hermosa pues es grande, fuerte y poderosa, con unos colores hermosos, un plumaje divino y una cola espectacular), está presente a lo largo de la cinta, como un constante recordatorio de que Mulán está haciendo lo correcto, y que cuenta con el apoyo y confianza de todos.

Disney triunfa una vez más con su versión en acción viva de Mulán, una cinta que enriquece el viejo relato de la «flor que crece en la adversidad», para regalarnos un hermoso relato sobre una heroína irrefutable que desafía las expectativas sociales y termina transformando su vida y la de su sociedad siendo leal, valiente y auténtica.

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