The Mandalorian cerró su segunda temporada con un sorpresivo y explosivo momento: nuestro inexpresivo pero sensible protagonista, la adorable creatura bajo su cargo, y el cuarteto de rudas heroínas se encontraban frente a una amenaza insuperable representada por un escuadrón de letales Dark Troopers – droides sin sentimientos ni razón cuyo único propósito y programación es exterminar todo a su paso. Con todo perdido, una solitaria X-Wing aparece en medio del espacio, y una misteriosa encapuchada figura blandiendo un fulminante haz de luz verde y unas lustrosas botas de charol negro fácilmente destruye las docenas de Dark Troopers, salvando el día. Nunca revela su nombre al Escuadron Suicida Mando Style, pero todos sabíamos quién era mucho antes que se removiera la capucha para mostrar el todavía no tan listo CGI que rejuveneció a Mark Hamill.

Full Disclaimer: Luke Skywalker no es mi personaje favorito de Star Wars, contando a un par de excepciones, es mi personaje ficticio favorito. No es el 100% de por qué me gusta Star Wars, pero es un, digamos, 67.67% de por qué me gusta. Este final de temporada del Mando me llenó de alegría y emoción visiblemente expresada en su momento. El tipo de alegría que es difícil de empañar porque ¿cómo se podría?

El internet tenía la respuesta.

Uno de los primeros comentarios con los que me crucé decía algo como “jajajaja entucaraRianJohnson, asi es komo se debe de ver a Luk”, mostrando que los tres años desde el estreno de The Last Jedi no han incrementado su entendimiento sobre la cinta. El otro lado de la moneda fue similar en su reductiva visión: “ahora Luke le pertenece a los dudebros de Reddit”. 

Por lo general no me gusta hacer aseveraciones tan definitivas en cuestiones de apreciación subjetiva pero en este caso no veo otro curso de acción posible: si piensan que cualquiera de esas dos posturas son correctas, están starwarseando mal. Lo que vimos en The Mandalorian es una pieza crucial del personaje de Luke Skywalker que se encontraba ausente en The Last Jedi y que sirve para ofrecer una visión completa de él mientras refuerza y enfatiza el arco emocional que culmina al final de la cinta.

Cuando vimos a Luke por ultima vez en Return of the Jedi se encontraba moralmente en la cima, habiendo proclamado de manera triunfante “I am a Jedi, like a my father before me”, pero físicamente exhausto y derrotado, habiendo sobrevivido gracias al ultimo acto redentor de sacrificio de Anakin Skywalker. Había superado su versión de las Pruebas Jedi que todos los Padawan tenían que enfrentar, pero no se encontraba en la cúspide de sus poderes y habilidades. Para cuando lo vemos de nuevo en las secuelas, es un hombre derrotado, habiendo fallado a su sobrino y a la galaxia. 

El Luke de las secuelas es un hombre derrotado y cínico. Cuando Rey lo exhorta a que regrese a la pelea por la libertad y la justicia le responde muy específicamente “You think what? I’m gonna walk out with a laser sword and face down the whole First Order?” Luke había previamente rechazado todos los atuendos Jedi, incluyendo la “espada laser” que alguna vez le había pertenecido a Anakin Skywalker.

Teníamos 20 años de historias de Luke y los demás teniendo aventuras que fueron removidas de la continuidad cuando Disney compró la franquicia (esto difícilmente es un punto en contra de Disney, ya que George Lucas se estaba preparando para las secuelas y con una certeza absoluta habría erradicado dichas historias de igual modo) y como en ningún universo ni J.J. Abrams ni Rian Johnson se hubieran ceñido a material publicado en libros y cómics, Disney prefirió no contar historias sobre Luke en el periodo que ocurre entre la trilogía original y las secuelas; pero con estas completadas el año pasado el camino estaba libre para que otros autores pudieran explorar ese tramo cronológico. 

Habíamos visto la Caída, pero no habíamos visto de dónde había caído.

Entonces, volvemos al Capitulo 16 de The Mandalorian. Mientras nuestro fanático religioso favorito había tenido enormes dificultades para derrotar a un solo Dark Troopers y casi perdía la vida en el intento a pesar de que su cuerpo estaba protegido por indestructible Beskar, Luke no tuvo problema para enviar al deshuesadero a múltiples Dark Troopers con nada más que una “espada laser” mientras que demostraba una maestría absoluta de la Fuerza en ese homenaje en vida que el director Peyton Reed le hizo a Gareth Edwards y su escena final en Rogue One, yendo más allá de lo que Obi-Wan llamó “Un completamente entrenado Caballero Jedi, con la Fuerza como su aliada”, sino un verdadero Maestro Jedi.

Cuando Din Djarin le pregunta si es un Jedi, Luke simplemente responde “I am”, sin molestarse en presentarse. Podemos asumir que sabía que de entre los presentes, la antigua soldado de choque de Alderaan Cara Dune tenia conocimiento de la persona responsable de la extinción del 50% de las Death Stars de la Galaxia. Luke les dice “I will give my life to protect The Child” y se puede notar en su entonación toda la compasión y heroísmo por los cuales Luke es reconocido, pero también dos elementos que no habíamos encontrado en él antes: el primero es la autoridad. La primera vez que Luke se autonombró a sí mismo Caballero Jedi fue recibido con una cariñosa mofa por parte de Han Solo; ahora, nadie está riendo. Luke es EL Jedi, y su porte comanda respeto y autoridad.

También orgullo. El granjero que nunca saldría de su, bueno, tal vez planeta más importante de la Galaxia, pero igual Tatooine es feo, acabó destruyendo una estación espacial del tamaño de una luna la primera vez que se subió a un X-Wing. Y si bien casi muere la primera vez que se enfrenta cara a cara con Darth Vader, fue su fe ciegia en la pequeña llama de humanidad dentro de la mascara de Darth Vader la que lo salva del Emperador; una humanidad de la cual fue en busca desafiando la sabiduría de Obi-Wan Kenobi y Yoda, y tenía razón.

El Luke de The Rescue es un Luke que ha tenido derrotas, pero cuyas victorias lo posicionaban como uno de los héroes más grandes y fundamentales de la Nueva Republica. Star Wars es una mescolanza de conceptos religiosos de múltiples culturas, así que no es exagerado citar Proverbios “y antes de la caída la altivez del espíritu”.

Volviendo a The Last Jedi, podemos especular todo lo que pasa en la mente de Luke cuando observa el sable que le entrega Rey. No es el sable con el que pasó la mayor parte de su tiempo como Jedi, pero encapsula todo lo que esto representa para él.

Gracias a las palabras y la voluntad de Rey – y un perfectamente situado recordatorio por parte de un muppet – Luke recupera lo que perdió y lo que vemos enfrentarse a toda la First Order con nada más que una espada laser es lo que podemos considerar la versión platónica que tiene de él mismo.

Crait Luke es una proyección que sincretiza todo lo que es Luke: todos sus triunfos como la redención de su padre como la vez que salvó a una banda de desadaptados de una muerte seguro a bordo de un nave remanente del Imperio; y todas sus tragedias, porque la misma soberbia que hizo que pensara que él y solo él sabía lo que era mejor para Grogu fue la que hizo que por el más breve de los momentos decidiera que lo mejor era remover a Ben Solo de la Galaxia. No es perfecto pero tiene toda una vida de victorias y fallas; de compasión y soberbia y de habilidad y orgullo. Gracias a The Mandalorian, tenemos una muestra de un eficaz uso de narrativa que dimensiona haciendo uso virtudes y debilidades en las mismas características personales. 

No le “muestra” nada a Rian Johnson sino que hace complementa y hace explicito lo que venia implícito entre escenas e imágenes de The Last Jedi, ni esta dimitiendo a favor de los menos agraciados rincones de la fanaticada porque su superficial entendimiento de cuestiones narrativas los hace incapaces de apreciar lo que aparece en pantalla.

La verdad es que Star Wars como franquicia, con todo y los tropiezos que ha tenido la era de Disney, tiene la suerte de contar con narradores como Rian Johnson y Jon Favreau que tienen un profundo amor a la historia y a sus personajes y nos regalan relatos atemporales con ellos, y por supuesto, con Mark Hamill que todavía esta más que dispuesto a seguir jugando con el personaje que interpretó por primera vez hace más de cuarenta años, y sin duda estará dispuesto a volver para el 2023, cuando Disney seguramente tendrá el siguiente gran momento de Luke para los fans.

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