Dios en las alturas, está debe ser la reseña que más trabajo que ha costado. La he repensado y repensado harto tiempo antes de animarme a publicarla. En serio son demasiadas ideas las que tengo dentro de este craneo y ordenarlas adecuadamente no fue una labor sencilla.

Okey, antes de iniciar vamos con algunas generalidades:

– En términos prácticos, esta película es básicamente LA MISMA que la que fue exhibida en el 2017 (para el récord, nos referiremos a esa como la “Josstice”). Todas las bases y fundamentos están ahí: un malote aparece y pretende recolectar tres cajas mágicas para destruir el mundo y los héroes tienen que reunirse y detenerlo pero como están muy sopes, deben revivir a Superman para poder cumplir con tal hazaña. Al final lo reviven, enfrentan al malote y salvan al mundo.

– El tono es lo que cambia. Mientras la Josstice es un pastiche horrible de dos visiones diferentes de una misma obra, está versión es completamente consistente en su tono y, por lo tanto, más sólida y entendible.

– La duración es completamente injustificada. Si, puede pasar como una versión del director de esas que les encanta sacar, pero como producto final es un sopor. Minutos y minutos de tomas panorámicas, de explicaciones innecesarias y de ceños fruncidos que perfectamente podrían sacarse de la versión final. Cuando menos tenemos 1 hora entera de paja inútil.

– El finado gusto musical de Snyder es ya bastante característico pero al menos yo podía reconocer que usualmente elegían rolas y compositores bastante buenos. Hoy, sin Zimmer y con una elección muy particular de canciones nos deja con un Score y un Soundtrack penoso, a tal grado que hay escenas que no alcanzan el nivel de emoción (si, las hay) que deberían e incluso que se arruinan por el apartado musical.

Muy bien, ahora que pasamos las generalidades, ahí les va un amplio prefacio para tener fresco el contexto histórico:

Luego se que tomara las riendas del universo fílmico de DC y de entregarnos a una versión lastimera del más grande superhéroe de todos los tiempos, Zack Snyder nos regalaba su más grande obra a la fecha: Batman v Superman, una cinta que debía funcionar como punto de partida para todo el resto de su universo. 

Sonaba a que estaba tratando de morder más de lo que podía masticar, las ambiciones de esta película eran demasiadas, debían mostrarnos de golpe a Batman, a Wonder Woman, a Lex Luthor, el conflicto que se presentaría entre los héroes, su reconciliación, su unión y finalmente la muerte del último hijo de Krypton, todo en una sola entrega.

Los temores estaban plenamente justificados y el producto final sería una de las peores películas de superhéroes de la historia. Una cinta donde Snyder demostraba al mundo lo que sus detractores ya sabían: este director no entiende a los personajes que estaba utilizando. Un Superman eternamente constipado y sin deseos de ser ese símbolo de esperanza y justicia que debería ser. Un Batman asesino con delirios de persecución y amargura a niveles exacerbados, un Lex Luthor paranoico, excéntrico y nada sofisticado y una Mujer Maravilla que…bueno a ella casi ni la tocó así que estuvo bien de hecho.

La visión de Snyder de los superhéroes es básicamente una fantasía adolescente donde los héroes son malotes, oscuros y atormentados y las heroínas sexys máquinas de matar. Toda referencia a los cómics, en vez de sentirse como un regalo parecía una oportunidad desperdiciada, ya que solo eran referencia y diálogos de mejores obras pero totalmente fuera de contexto.

La crítica y la taquilla no se harían esperar y, luego de un arranque impresionante (porque si, todos queríamos ver en escena a la trinidad de DC Comics) la caída en números y su siempre baja calificación demostraron al mundo que Zack Snyder y su visión no eran exactamente la mejor opción para llevar a cabo la titánica tarea de presentarnos a nuestros personajes favoritos en la pantalla grande.

Los ejecutivos de Warner estaba aterrorizados, su brillante plan estaba cayéndose a pedazos y lo peor era que Zack ya estaba viento en popa trabajando en su secuela, en la cúspide de su trilogía, su Liga de la Justicia. Sería entonces cuando las alarmas sonaron y le pedirían al afamado cineasta lo imposible, que hiciera una película menos Snyderezca.

La tragedia aparecería entonces, algo que no se le desea a nadie. Snyder perdería a su hija y entre un maremoto de problemas abandonaría el rodaje de su película. Ahí, Warner haría lo único que le quedaba, elegir un sustituto que tratara de componer algo podrido desde sus raíces. Joss Whedon (a partir de ahora referenciado como el acosador pedorro) sería el encargado de semejante encomienda y siendo honestos, hizo todo lo que era humanamente posible. Arreglar la visión torcida de Snyder con montones de reshots y cortes en las tomas originales era sensiblemente imposible y el resultado sería una desconcertante, nada consistente y apresurada versión fílmica de una película insalvable.

La Liga de la Justicia se estrellaría en la taquilla pero principalmente por la pésima experiencia del público con la cinta antecesora. BvS habría espantado al grueso de la taquilla, esa que logra que los millones lleguen y si a eso le sumamos que la versión final era un monstruo armado con cinta de aislar y buenos deseos, la crítica se encargaría de lo suyo.

Las siguientes entregas del universo fílmico tratarían de alejarse lo más posible de la visionaria idea de Snyder, resultando en éxitos abrumadores. Aquaman, Shazam e inclusive Wonder Woman le daban al público lo que claramente querían, héroes que se comportaran como héroes. Que si, con defectos y muchas veces creando las amenazas que deberían combatir pero destacándose siempre su heroísmo intrínseco y por qué no, con su ridículo colorido. Sin embargo el rumbo del universo fílmico estaba someramente nebuloso.

Warner no tenía idea de cómo continuar con su plan fílmico. Todo su mapa de películas se llenaba de tachas rojas y letreros de retraso o indefinido y llegaba un momento donde más de la mitad del reparto inicial de la Liga se había ya alejado del inexistente proyecto.

Fue entonces cuando un movimiento virtual comenzaría a tomar fuerza. Como suele ocurrir dentro de los fandoms, los sectores ruidosos, quejumbrosos y monstruosos son los que más fuertemente se hacen escuchar y este ejército de trolls tóxicos comenzaba a hacer ruido a niveles inusitados exigiendo que la versión original de la película de Snyder fuera liberado.

Release the Snyder Cut comenzaba como una burla pero con el tiempo y en medio de una trágica y desesperante pandemia (sigo convencido que sin este terrible hecho histórico, no estaríamos hablando de esto) llamarían la atención a tal nivel que Warner decidiría arriesgarse y soltar los millones para que Zack pudiera terminar y embellecer su visión original y regalarle a sus ruidosos fans lo que tanto deseaban: la ZACK SNYDER Justice League.

Ahora si, por todos los demonios, ahora si podemos llegar al análisis de esta película de 4 horas de duración. Tal vez debería haber colocado una advertencia para pasarse hasta esta parte pero hay que emular al maestro y no dejar ningún detalle fuera.

Dejando de lado los aspectos de duración, ambientación y musicalización, la obra maestra de Snyder es sumamente tediosa. Esa extraña encomienda de querer explicarlo todo y no dejar ningún detalle suelto hace que la trama avance y se sienta que no. Hace que los personajes se la pasen hablando entre ellos y se sienta que no se formó ningún lazo entre ellos y hace que cada hora qué pasa veas el reloj y exclames en voz alta “no manches aún faltan X horas?”

La historia es extensa y tiene mil subtramas que mostrarnos pero darle tanta importancia a todas ellas solo hace que la película, como un todo, sea una experiencia poco disfrutable. Y claro, comparándola con la Josstice, hay montones de cosas que quedan más claras que en su versión del 2017.

Creo que ya he dejado en claro mi postura con respecto a la visión que Snyder tiene con estos personajes. Volvemos a tener al Superman matón que tuvimos en las otras dos películas. Batman todo fruncido y estoico pero sin personalidad, Mujer Maravilla en un rol mucho menos protagónico que en el Josstice, un Flash menos simpático y un Cyborg profundamente amargado con toda la existencia. Ah y por supuesto, esa enfermiza manía de Snyder que sus héroes deben ser asesinos a sangre fría. Nop, simplemente nop.

Hablando de las comparaciones creo que es momento de irnos hacia allá. Hay que reconocerlo, hay cosas en esta versión que son mejores que en Josstice. Steppenwolf (de aquí en adelante referido como Esteban el Lobo) era un villano soso, flojo, poco amenazador y hasta incómodo en la versión del 2017. Ahora es más un malote genérico lleno de piquitos móviles y creo que como villano funciona un poco mejor de esta forma.

Mientras que en el Josstice, la parte de las Amazonas se sintió débil, aquí se siente que su aparición no era un vil cameo multitudinario y plantaron mayor resistencia. El flashback de la guerra ancestral fue más lucido (aunque tiene un defecto terrible que ya retomaremos más adelante). Hay un momento al final donde Flash hace gala de sus poderes en toda su expresión regresando en el tiempo y la verdad fue un momento fabuloso y más que otra cosa, la participación de Cyborg no es meramente anecdótica. Incluso podría decirse que la trama gira en torno a él. 

Ahora entendemos el coraje que el vato ese (así llamaremos al actor que encarnó al otrora Teen Titan) tenía contra el acosador pedorro. Básicamente borraron todo su trasfondo emocional y en esta nueva versión entendemos mucho mejor al personaje. Es un buen personaje? Honestamente no es la gran cosa. Si, tiene desarrollo y aprendizaje y pasa de ser un tipo sangrón insufrible a un mamon con poderes pero la verdad no es una caracterización que vaya a quedar en los anales de la historia pero al menos tuvo caracterización. Yei.

De ahí en fuera párenle de contar. Todo lo demás que el acosador pedorro sustituyó o incluyó en su versión del 2017 es claramente superior a la de Snyder. Un Superman como el símbolo de la justicia y esperanza que siempre debió ser, una Mujer Maravilla que deslumbra cada vez que aparece en pantalla, un Batman más reflexivo y menos apesadumbrado en su triste existencia, un Flash un poco más simpático y menos desesperante (esto si es cuestión de cada quien, tampoco es que haya tenido un cambio tan notorio, solo digo que a mi me cayó mejor en el Josstice) y un Aquaman mas parecido a su estupenda versión de su propia película del 2018 (no menciono a Cyborg porque recordemos que el vato ese tuvo mucho más gloria en esta versión de Zack).

El humor, los momentos heroicos, los diálogos matones, el aire esperanzador que se siente al final del Josstice es enormemente superior a esta abrumadora sensación de pesar e inconformidad que te inunda al acabar las 4 insufribles horas de esta versión. 

Hablemos de ese detalle tan insatisfactorio del que les mencionaba anteriormente. Darkseid.

Darkseid es uno de esos villanos definitivos que serviría como enemigo final de todo un ciclo de películas de superhéroes. De esos que imponen desesperanza y terror con su sola presencia. Este personaje tiene elementos muy específicos que, al no respetarse, van en detrimento en su representación. Darkseid no es un Thanos que guste de estar al frente de su ejército y se agarre a catorrazos con los héroes. Claro que podría y de hecho sería la cúspide de toda la saga pero no, no se lanzaría alegremente al campo de batalla. Él elucubraría planes diabólicos desde su trono  contemplando su obra desde arriba de todos. Esto nos recuerda que Zack no solo no entiende a los héroes, tampoco a los villanos (recordemos sus tristísimas versiones de Luthor y su influencia en Joker, por ejemplo). Y si, Darkseid como enemigo final en este o en la versión fílmica anterior es una gran idea pero la verdad esta interpretación no emociona nada. Ok, Esteban el Lobo mejoró pero vamos, solo algunos puntos decimales.

Existe otro punto primordial para Snyder en esta versión suya de la Liga. Esa brillante idea del viaje en el tiempo y el mundo apocalíptico que naciera en la barrabasada de BvS. Mientras en el Josstice fue inteligentemente ignorado, aquí es fundamental en la trama en eventuales (y hoy por hoy no sé qué tan probables) secuelas. Porque si, lo único enteramente nuevo que Snyder hizo para esta versión fue esa nueva escena de dicho futuro feo. Aún es algo que debe evitarse y que (a decir del propio Zack) terminará ocurriendo y será punto focal en todo lo que resta.

Ese es otro punto en contra porque ahora que Snyder se ha encargado de ventilar todos sus susodichos planes, ni siquiera la sorpresa e incertidumbre de su futuro nos va a quedar, porque obvio, como todos ya lo sabemos, los spoilers son malos.

En resumen, la ZACK SNYDER Justice League es una película pesada, tediosa, sin alma, altamente pretenciosa, auto indulgente al extremo y con una visión terrible y desesperante de los personajes que más adoro y eso es sencillamente imperdonable.

La Josstice, con su terrible trabajo de edición y  espantosa conjunción de dos versiones irreconciliables, es una mejor versión de la Liga de la Justicia que la abominación de Snyder y ver esta cinta de 4 horas solo nos demuestra que Warner tenía razón en querer componerla en la medida de lo posible. Tristemente, en retrospectiva, haber matado en 2017 la visión de Snyder nos tiene donde estamos ahora, con una escalofriante e inminente posibilidad de que de restaure esta enfermiza versión de nuestros personajes. Tal vez haber dejado que la visión de Zack se estrellara por méritos propios habría ya convencido al 100 a Warner de tomar en definitiva otro rumbo, de la mano con los éxitos de otras películas de superhéroes de la compañía.

Ahora, estamos ante la expectativa de que la abominación de Snyder termine de renacer y tener que chutarnos otros cuantos años con versiones simplonas e insultantes de los más grandes héroes de los cómics hasta que lleguemos a su merecido y épico final.

Ahora que, viéndolo por el lado amable, si ya dejamos que estas versiones mueran, ya nos deje el cambio libre para su subsecuente reinicio. Quien sabe, tal vez en el próximo intento no la caguen tan espantosamente como ahora y no elijan a un cineasta que crea que Superman pondera dejar morir a niños dentro de un autobús, que cree que el color rojo del uniforme de la Mujer Maravilla es la sangre coagulada de sus víctimas y que una historia fascinante para Batman sería que lo violen en el baño.

La esperanza muere al último y aunque Bane nos enseñó que no hay tortura más grande que mostrarte la esperanza, no nos queda nada más.

Ah, el Botesómetro, casi la olvido:

2 de 5 rayitos en el botesómetro. Solo por encima de glorias del cine como Tortugas Ninja 2 del 2016 y de Batman v Superman.

Mis respetos y eterno agradecimiento para quien haya leído esta chingadera.

My two cents.

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