Autor: Ernest Cline
Genero: Ciencia Ficción Distópica
Yo que viví en los ochentas mi infancia, reconozco esta frase como una de las más invitantes que hay. Entrar a un salón de Arcade en cuanto lo abren y hallar esas tres palabras en cualquier videojuego, era cómo hallar dinero. O tal vez mejor. Es con este título que el autor nos comunica que vamos a leer puras nerdadas, pero no sabemos de qué calibre. Empecemos.
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En el año 2044, el adolescente Wade Owen Watts (nombrado de este modo porque su padre ausente amaba los superhéroes y por ende, las aliteraciones) vive en una de las muchas torres de casas rodantes que se apilan para dar vivienda a los pobres, y no sólo en Oklahoma, ya que se ha abandonado la construcción de edificios por varios lustros ya. Este mundo no es post-apocalíptico, es más bien la realidad de hacia dónde vamos. No existe entretenimiento nuevo que sea físico, todo es DLC, y de una calidad y sensibilidad muy distintas a lo que se produjo en décadas pasadas. Igual que toda su generación, escapa hacia el mundo virtual de Oasis, al cual se puede acudir por medios hápticos (o sea, de realidad virtual donde los guantes que te pones te dan la sensación de tocar los objetos no existentes). La razón por la que todos van allí a pesar de su pobreza, es porque el creador de dicho mundo, James Halliday, con la enorme fortuna que amasó, se pudo dar el lujo de legar el núcleo de lo que anteriormente fue sólo un videojuego, de manera gratuita a todo aquel que lo deseara. Construyó un planeta central en ese mundo, y varios miles de escuelas certificadas en el mundo real para que nadie se quedara sin educación. Hasta dispuso que hubiese modelos austeros y gratuitos de la consola Oasis para los más desafortunados. Como Wade.
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Wade ya no tiene papás, y desde que murió Halliday se puso en su página web personal un video donde explicaba que puso un Huevo de Pascua en Oasis, y el que lo hallara se quedaría con toda su fortuna y un avatar invencible dentro del mundo, mismo que ya contenía planetas de todo tipo: los creados por fans desde un inicio, como Tatooine o Middle Earth, y los que crearon las marcas oficiales, más otros de aprendizaje y de trabajo. La búsqueda frenética del Huevo llevó a que los Egghunters (gunters, para más corto) se organizaran en contra de la compañía que creó el mismo Halliday, y sus operarios no tenían nombre, sólo un conjunto de dígitos que eran su número de empleado. Como siempre empezaban con un 6, eran llamados sixers. Debido a sus carencias económicas, Wade nunca pudo salir del planeta principal, ya que el transporte virtual en Oasis era bastante caro. Fue debido a eso que pasaba horas pegado al blog de Art3mis, una hermosa, como todas en ese mundo virtual, gunter que sabía mucho de la cultura pop ochentera (claro, de los Estados Unidos, aunque no sólo de ese país), un conocimiento que resultaría instrumental para la búsqueda del Huevo, debido a las fijaciones de Halliday.
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Es así como se inicia, con el descubrimiento de dónde está la primera llave, la de bronce, una lucha feroz por controlar el destino de Oasis, y si IOI se hiciera con su control, el mundo dejaría de ser libre y la economía se derrumbaría en todo el orbe.
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Si bien la edición que leí tenía la adecuada traducción que hemos llegado a conocer y esperar, no deja de ser un sustituto. Leer líneas como «Halliday tenía una camisa de los Teleñecos» le parte a uno el corazón, sabiendo que debería decir Muppets. Y esta es sólo una de las razones para leerlo en inglés.
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O lo era…
Verán, resulta que, en un paralelismo que no recuerdo que tenga precedente, Ernest Cline decidió poner una cacería de Huevo de Pascua en ese libro, y en otros medios, y el premio fue uno de sus DeLoreans. Y ya se entregó, en el programa de cable X-Play.
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El libro tiene fórmulas de las que no se puede librar y no quiere hacerlo : el héroe (Parzival), su mejor amigo (H), y su interés amoroso (Art3mis) son todos los mejores gunters de la Tierra y tienen un oponente en la corporación IOI, Nolan Sorrento, quien es el jefe de los sixers. Estos tienen teras y teras de información que los verdaderos gunters conocen de corazón : los setecientos capítulos de los Simpson, todo sobre la trilogía mayor de sagas (The Lord of the Rings, Star Wars, Indiana Jones) y la menor (Matrix, Back to the Future, Harry Potter). Es claro que el autor no le dio su peso que se merece al MCU porque aún no existía. Pero convierte todos estos lugares comunes en fortalezas, ya que ejecuta la nerdez con maestría delineando con pasión la historia de las consolas de videojuegos y poniéndola en un lugar preponderante y crucial para su historia, la historia de Wade. El hombre conoce a su audiencia y la trata con respeto, al tiempo que introduce a los neófitos al mundo geek. El que domina la ñoñez, domina la fortuna de Halliday.
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Nolan Sorrento tiene la oferta de una vida para Parcial, así que Wade va por medio de su avatar a las oficinas virtuales de IOI, un gran puesto vitalicio en esa empresa. Al negarse y mandarlos al diablo antes que esclavizarse y renunciar al Huevo, Wade se desconecta de Oasis, sólo para ver, desde lejos, cómo la casa rodante en la que vivía, explota entre llamas y se lleva no sólo la vida de su tía, sino de todos los que vivían en esa torre de camionetas. El autor acaba de subir las apuestas y los personajes empezarán a morir.
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Aunque aún falta lo mejor del libro y éste cambia de engranajes para convertirse en una versión extraña del libro 1984, no revelaré nada de lo que sigue, salvo mencionar que tiene momentos y escenas memorables, como R2-D2 siendo el mejor DJ de la fiesta más exclusiva de Oasis, Parzival gritando en japonés los super ataques que realiza el robot Leopardon (sí, ESE Leopardon), Wade tocando una canción de Rush para pasar la penúltima puerta y haciendo el juego de Pac-Man perfecto, y Mecha Godzilla confrontando a Ultraman mientras las X-Wings rodean a varios EVAs de Neon Genesis Evangelion cuando destruyen los cinco leones de Voltron.
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¿Por qué es tan relevante esto? Porque el rumor casi confirmado es que Steven Spielberg la dirigirá en un par de años, y uno sólo puede preguntarse cómo conseguirá tantos derechos.
Tal vez haga un Robert Zemeckis y logre su propia Who Framed Roger Rabbit? Quién sabe, la escena final es tan propia de un idealista romántico que le puede quedar muy bien, también.
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Recomiendo ampliamente este libro a nuestro gremio. Si Scott Pilgrim es la vida como un video juego, y Wreck-it Ralph es la vida de un personaje de video juegos, READY PLAYER ONE es una carta de amor a ellos, a la nerdez y a cómo terminará por reivindicarse frente a los ojos de todos aquellos que alguna vez se burlaron del geek.
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O tal vez sólo sea bien divertido. Tú eliges. Tú eres el jugador no. 1.
[br]-The Starkiller
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