No recuerdo la primera vez que vi a Carrie Fisher caracterizada como la princesa Leia. Lo más probable es que haya sido una figura, o que resida en alguna memoria vaga de una escena de The Return of the Jedi, pero eso aplica a cualquier cosa que tenga que ver con Star Wars; crecí con su estética, y sabiendo de ellas, pero no vi las películas propiamente durante mucho tiempo. No puedo decir que soy de esos fans a los que les ayudó a encontrar su Lightsaber, como sin duda se le hicieron saber en muchas ocasiones – y ella sabía exactamente a lo que se referían.

Lo que sí recuerdo es la primera vez que la vi en realidad; tenía 15 años cuando busqué la trilogía original y apenas encontré una copia en VHS, olvidada y mal estado, en un videoclub. Es casi inconcebible en el 2016, pero hubo un momento, la gran hibernación de Star Wars del 85 al 96 más o menos, en el que Star Wars no estaba disponible en un click. Desde un cierto punto de vista, la conocí de la misma manera que las audiencias de 1977: a bordo del Tantive IV. A diferencia de ellos, tenía años de haber absorbido la estética y el ethos de Star Wars; tal vez nunca había visto una película de Star Wars, pero sabía que Darth Vader era uno de los villanos más temibles, feroces e imponentes de la historia del cine.
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Mi primera impresión fue que esa personita de metro y medio y de curioso peinado no le temía a Darth Vader.
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Tampoco le temía al Governador Tarkin, y cuando un par de héroes accidentales la rescatan, ella pronto toma el mando de su propio rescate; Leia tal vez era una damisela, y estaba en peligro, pero es ahí donde terminaba el cliché. Star Wars tal vez era la historia de Luke Skywalker, pero la valentía y el intelecto de Leia Organa no eran segundos de nadie. 30 años después, una de las cosas que más me emocionó sobre The Force Awakens fue cómo se nombró a su personaje que regresaba: General Leia Organa. Nunca me gustó mucho la idea presentada anteriormente en el ya difunto Universo Expandido – una diplomática, como Mon Mothma; Leia no era una Canciller, ella peleaba. El personaje había perdido a sus padres biológicos, sus padres adoptivos, su planeta entero y la vida que conocía, la abandonó su esposo, su hermano y su hijo, y aún asi continuaba peleando. Leia Organa es uno de los mejores personajes de Star Wars.
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Pero esa es Leia Organa, un personaje ficticio; inmortal e imperecedero. Carrie Fisher, la persona, sólo tenía un cierto tiempo en este mundo, que se le acabó demasiado pronto. Tenía apenas 60 años, y se suponía que nos debía durar otros 20 o 30. Descubrir al personaje por el que será recordada con afecto por millones de personas fue maravilloso, pero no tanto como descubrir esos vistazos de la persona a través de múltiples escritos y entrevistas.
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Carrie era tanto realeza de Hollywood como de la Galaxia. Hija de Debbie Reynolds y del cantante Eddie Fisher, se hizo famosa muy joven y le causó muchos problemas en su vida con el abuso de sustancias, exacerbados por cuestiones de salud mental, pero como su personaje, se enfrentó a ellos con valentía, candidez y sentido del humor. Su trabajo como actriz fue el más conocido, pero fue también ‘script-doctor’ (arreglando y puliendo guiones de cintas como Scream 3, Hook o colaborando con George Lucas en las precuelas y la serie de TV de Indiana Jones) y escritora.
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El mejor tributo que le puedo hacer a Carrie es mostrarla a través de sus palabras.
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Por ejemplo, su consejo a las personas que tienen problemas con su salud mental sobre luchar por sus sueños:

Stay afraid, but do it anyway. What’s important is the action. You don’t have to wait to be confident. Just do it and eventually the confidence will follow.

Carrie estaba bien consiente de la importancia que representaba su personaje:

Movies are dreams! And they work on you subliminally. You can play Leia as capable, independent, sensible, a soldier, a fighter, a woman in control – control being, of course, a lesser word than master. But you can portray a woman who’s a master and get through all the female prejudice if you have her travel in time, if you add a magical quality, if you’re dealing in fairy-tale terms. People need these bigger-than-life projections.

Que además llego a apreciar:

If it was a bad thing, I would have a bad life. It’s actually great. Those movies are great. I got to be the only girl in an all boy fantasy, and it’s a great role for women. She’s a very proactive character and gets the job done. So if you’re going to get typecast as something, that might as well be it for me.
And I’m not really one of those actresses like Meryl Streep. Those actresses travel outside themselves and play characters. And I’m more of an archaeologist. I play what I am. I dig what I can. It’s a character that’s not too far from myself, except I don’t have any laser guns.

Aunque su disgusto por el bikini metálico era conocido, y lo mencionaba siempre con su acostumbrado ingenio:

The father who flipped out about it, ‘What am I going to tell my kid about why she’s in that outfit?’ Tell them that a giant slug captured me and forced me to wear that stupid outfit, and then I killed him because I didn’t like it. And then I took it off. Backstage.

Y le aconsejaba a Daisy Ridley que no dejara que la pusieran en un atuendo así, en una entrevista que esta llena de su genialidad y que deben de leer en su totalidad, no sólo la parte que cito:

FISHER: Listen! I am not a sex symbol, so that’s an opinion of someone. I don’t share that.

RIDLEY: I don’t think that’s the right—
FISHER: Word for it? Well, you should fight for your outfit. Don’t be a slave like I was.
RIDLEY: All right, I’ll fight.
FISHER: You keep fighting against that slave outfit.
RIDLEY: I will.

En su libro Wishful Drinking, habla con honestidad y seriedad sobre la salud mental:

One of the things that baffles me (and there are quite a few) is how there can be so much lingering stigma with regards to mental illness, specifically bipolar disorder. In my opinion, living with manic depression takes a tremendous amount of balls. Not unlike a tour of Afghanistan (though the bombs and bullets, in this case, come from the inside). At times, being bipolar can be an all-consuming challenge, requiring a lot of stamina and even more courage, so if you’re living with this illness and functioning at all, it’s something to be proud of, not ashamed of. They should issue medals along with the steady stream of medication.

Al mismo tiempo que no deja de ser Carrie Fisher:

Obviously my family is so proud. Keep in mind though, I’m a PEZ dispenser and I’m in the abnormal Psychology textbook. Who says you can’t have it all?

Carrie no tenía tiempo para las tonterías de los demás:

Pero sí lo tenia para describir al ahora presidente-electo de loe Estados Unidos en menos de 140 caracteres:

Y claro, la poesia dedicada a aquellos que le criticaban su figura:

BLOW MY BIG BOVINE tiny dancer COCK!

Hablando de poesia, con una perfectamente construida antimetábola:

You know how they say that religion is the opiate of the masses? Well, I took masses of opiates religiously

Ella sabia exactamente cómo quería que reportaran su muerte:

Now, George came to my show when it was in Berkeley. He came backstage and explained why you can’t wear your brassiere in other galaxies, and I have a sense you will be going to outer space very soon, so here’s why you cannot wear your brassier, per George. So, what happened is you go to space and you become weightless. So far so good, right? But then your body expands? But your bra doesn’t, so you get strangled by your own bra. I think that this would make for a fantastic obit, so I tell my younger friends that no matter how I go, I wanted it reported that I drowned in moonlight, strangled by my own bra.

Pero por más genial que es leer las palabras de Carrie, verla en acción fue mucho mejor. Aquí está ‘roasting’ a George Lucas al recibir un reconocimiento del American Film Institute. Cada enunciado es citable:

O tomando el completo control de una entrevista. La manera en la que domina esta entrevista es el trabajo de una verdadera estrella con genuino carisma:

A pesar de haber vivido toda a su vida frente a las cámaras, de igual manera se ponia nerviosa al hablar del romance que tuvo con Harrison Ford en una entrevista con Stephen Colbert, hace apenas poco más de un mes:

Esa es la Carrie Fisher que los fans vamos a recordar. Aquella que tenia un ingenio audaz, una verdadera sinceridad, que no temía decir lo que pensaba sobre sus problemas de salud o el papel de las mujeres en Hollywood. Alguien que cualesquiera que fueran las cadenas que la ataban, las usó para ahorcar a sus demonios – una estrella brillante que siempre estará con nosotros.
–Héctor

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