Milton Finger, quien sería mejor conocido bajo el nombre “Bill”. “Mejor conocido” es solamente relativo, porque a pesar de la enorme influencia que ejerció en la cultura pop, su nombre sólo le es familiar a los conocedores del tema.
Sólo el creador de uno de los personajes ficticios más famosos de la historia. Batman no es solamente un superhéroe de historietas, es un personaje que ha aparecido además en libros, películas, series de televisión de acción viva y animadas, videojuegos, etc. Estos han recibido apreciación tanto de la crítica de sus respectivos medios como del público en general.
Y en ninguno de ellos ha aparecido jamás el nombre de Bill Finger como co-creador.
Bill era de descendencia judía y vivía en Nueva York, esa cuna primordial de la que nació la industria de los comics. Asistió a la preparatoria DeWitt Clinton donde estudiaron Lee, Kirby, Eisner y Kurtzman y el mismo Kane, aunque no lo conocería hasta años después en una fiesta y, asombrado por el carisma del joven Bob, pronto se uniría a su estudio. Un ávido lector, Finger se convertió en uno de los principales escritores al servicio de Kane, participando en las tiras “Rusty and his Pals” y “Clip Carson” que aparecieron en Action Comics y Adventure Comics respectivamente.
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«Bat-Man», de Robert Kane |
Pero su verdadera aportación, aquella que lo debería de poner en el mismo Panteón de grandes como Jerry Siegel, Joe Shuster, Jack Kirby y Stan Lee, vendría en 1939. Vin Sullivan, editor enNational Allied Publishing (empresa que después conoceríamos como DC Comics), al ver el increíble éxito que resultó el personaje de Superman, le encargaría a Bob Kane la creación de un nuevo superhéroe para capitalizar este éxito. Utilizando influencias muy establecidas, Kane concibió un vigilante que portaba un traje rojo brillante, una máscara ‘dominó’ y unas alas basadas en los diseños de Leonardo DaVinci. Así, nació… “The Bird-Man”
Tal vez consiente de sus carencias como creativo, Kane buscó la ayuda de Bill, y mediante conversaciones (llevadas a cabo, apropiadamente, en una banca del parque Edgar Allan Poe en NY) entre ellos el personaje realmente tomó forma. Bill sugirió que el nombre y la imagen creadas por Kane no eran adecuadas para un vigilante nocturno, y concibió “The Bat-Man”; al sencillamente leer la descripción de un murciélago en un diccionario, llevó a la capucha que es uno de los sellos distintivos del personaje. El rojo, siendo un color difícilmente apropiado para una ‘creatura de la noche’, fue dejado de lado también gracias a Bill, quien optó por una combinación de negro y gris.
En cuanto a las ‘alas’, Bill tenía esto que decir:
“I didn’t like the wings, so I suggested he make a cape and scallop the edges so it would flow out behind him when he ran and would look like bat wings”
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Para su identidad secreta, Bill decidio darle un nombre que representara cierta alcurnia:
“Bruce Wayne’s first name came from Robert Bruce, the Scottish patriot. Wayne, being a playboy, was a man of gentry. I searched for a name that would suggest colonialism. I tried Adams, Hancock … then I thought of Mad Anthony Wayne.”
Bill definió su personalidad como la combinación de Sherlock Holmes, The Shadow y Douglas Fairbanks.
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Bill reconocía que los personajes deberían de tener un dramatismo inherente en su concepción, y le dio a Batman su trágico origen: el terrible destino de sus padres y la promesa que definiría su vida. Bill después haría algo similar con Superman cuando escribió su primer origen largo.
Después de ese fin de semana de conversaciones con Kane, este llevaría este personaje de vuelta a las oficinas de Sullivan. Es en ese momento donde las enormes diferencias entre Kane y Bill se manifestarían. Kane ya era un ágil hombre de negocios, y gracias a los contactos de sus padres se le dio la suficiente ayuda legal para negociar un contrato que lo beneficiaria enormemente. Un contrato que dejaría fuera el nombre de Bill Finger en relación a la creación de Batman hasta nuestros días. Bill, por su parte, era tímido y retraído; jamás buscando el crédito para sí mismo.
(Años después, Kane renegociaría su contrato basado en falsedades, haciéndolo aún más sólido y evidenciando a Siegel y Shuster en el proceso, pero esa es otra historia)
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Bill seguiría contribuyendo al personaje que creó. Bill era notoriamente lento para escribir y tuvo que ser reemplazado en un par de números por Gardner Fox, otro grande de los comics. Fox estableció que las aventuras de Batman ocurrían en Nueva York, algo que no le pareció a Bill:
“We didn’t want to call it New York City because we wanted anybody in any city to identify with it.”
Como Sherlock Holmes era una influencia, Finger razonó que a Batman le hacía falta su Watson para que pudiera dar exposición mediante sus diálogos, por lo que nació Robin, una de las partes más importantes del mito de Batman. Kane quería que su origen fuera similar al de Batman, por lo que Finger concibió la historia de los Flying Graysons, similar, aunque al mismo tiempo lo suficientemente original para ser distintiva.
“Robin was an outgrowth of a conversation I had with Bob. As I said, Batman was a combination of Douglas Fairbanks and Sherlock Holmes. Holmes had his Watson. The thing that bothered me was that Batman didn’t have anyone to talk to, and it got a little tiresome always having him thinking. I found that as I went along Batman needed a Watson to talk to. That’s how Robin came to be. Bob called me over and said he was going to put a boy in the strip to identify with Batman. I thought it was a great idea.”
¿Y su más grande enemigo? La historia de la creación de The Joker es incierta. Bob Kane mantenía que él y Bill lo habían creado, mientras que Jerry Robinson decía que era invención de él y Bill; independientemente de que versión prefieren creer, Bill es la constante en ambas.
De igual manera, podemos encontrar su mano en todos los villanos y personajes icónicos de Batman: James Gordon, Alfred, Catwoman, Two-Face, The Riddler, Clayface, Hugo Strange, etc, etc. Todos estos personajes son viables y sobreviven hasta nuestros días.
Más allá de Batman, Bill creó la primera encarnación de Green Lantern (Alan Scott) y a Wlidcat. También tuvo un breve, pero importante paso en los títulos de Superman, creando a Lana Lang y estableciendo que Superman juró a su padre en su lecho de muerte usar sus poderes para el, algo que fue parte del personaje por décadas.
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Muchos aquí somos fans de los comics; crecimos leyéndolos. Algunos aprendimos ciertos conceptos básicos de moralidad de ellos. No puedo evitar sentir una profunda tristeza ante la injusticia que se le hizo a Bill. Cuando escucho a otros fans queriendo boicotear películas de Marvel Studios porque Jack Kirby no recibió suficiente remuneración por los personajes que creó me pregunto ¿Y que hay acerca de Bill Finger? Sí, sin duda alguna, a Jack no se le pagó lo suficiente por su desbordante imaginación, pero no hay ninguna duda de quien creó esos personajes. Su nombre esta justamente al lado del de Stan Lee cada vez que esos personajes aparecen.
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Bill nunca supo defender sus derechos, como Siegel y Shuster lo harían hasta que al menos DC Comics se viera obligada a darles crédito siempre que aparece Superman. Y nunca tuvo a una superestrella de los comics que tomara su causa, como Neal Adams lo hizo con Kirby. Recientemente, gracias al incansable trabajo de Marc Tyler Nobleman, la historia de Bill Finger tiene más presencia en los medios hoy en día; espero que pronto se le pueda dar a Bill el crédito que se merece. Mientras tanto, cada vez que disfruten de las impresionantes mecánicas de juego de Rocksteady, o de la brillante dirección de Christopher Nolan o de alguna de las tantas y tantas grandes historias que se han escrito y dibujado con Batman como protagonista, tomen un momento para agradecer a la persona sin la cual nada de eso sería posible.
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(Ademas de Marc, también quisiera agradecer a Jim Steranko, Gerard Jones y Les Daniels por la invaluable información que han proporcionado acerca de Bill y la creación de Batman.)
–Héctor