I don’t want to kill anyone. I just don’t like bullies.
Si tuviera que utilizar una sola línea de dialogo que encapsulara de forma tan magnífica la manera en la que Captain America: The First Avenger logra adaptar a la pantalla grande uno de los personajes más icónicos de los comics, sería esa. Por si quedara duda, los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, bajo la capaz guía de Joe Johnston, nos muestran aún más diálogos y escenas que no dejan lugar a dudas uno de los aspectos más importantes al adaptar un personaje tan querido como Steve Rogers a la pantalla plateada: se necesita entender lo que representa. Junto con Superman y Batman, Captain America es uno de los personajes de cómic que más carga simbólica tiene; para crédito de Marvel Studios, reconocen esto y no se ven en la necesidad de «reinterpretar» al personaje, ni reducirlo a una version inferior y semióticamente hueca.
Lo que hace destacable al filme es el arco argumental de su personaje principal. El hecho de que es inexistente. Esto es importante. Tal vez para audiencias modernas y mas cínicas se tenga que tener un arco en el que el personaje aprenda y modifique su comportamiento, pero Steve Rogers no es un adolescente que se deja llevar por la fama, o un vendedor arrogante de armas ni un niño que enfrenta su miedo para combatir el crimen, no, para Steve Rogers, es esencial – fundamental – que sea la misma persona antes de someterse al suero del Súper Soldado y después, como remarca el Doctor Erksine, interpretado por el siempre genial Stanley Tucci. La película muestra a caudales las cualidades que hacen a Steve Rogers; su determinación al enfrentarse una y otra vez al rechazo; el ingenio al lograr capturar la bandera y el coraje y valor al sacrificarse para proteger a los demás cubriendo la granada. Esa última escena lo considero una de las mejores representaciones de un personaje de comic en el cine. No vemos matices en Captain America: The First Avenger, y no es una crítica, al contrario, los héroes pueden provenir de un sinnúmero de situaciones y personalidades, pero no porque se carezca de complejidades psicológicas estos se desmerecen. Steve Rogers se convierte en Captain America porque es el tipo de hombre que es, no por vengar a nadie ni por traumas del pasado, sino porque simplemente, hay ocasiones en las que se debe de tener firmeza en sus convicciones, no dejarse amedrentar y defender a aquellos que no pueden defenderse a sí mismos.
Claro, todo eso no funcionaria si el actor que interpreta al personaje no tuviese la de realizarlo, y debo de admitir que Chris Evans lo logra sin lugar a dudas la actuación mas honesta y sincera de este tipo desde Christopher Reeve. Aunque físicamente siempre fue una buena elección, dudaba de que Evans nos pudiera dar un trabajo así basado en sus anteriores papeles, pero ya sea ayudado por el CGI para hacerlo ver como un escuálido o ya enfundado en las barras y estrellas, nunca dejé de ver a Steve Rogers en su actuación. Y no solo él, no le podría pedir más al elenco que escogieron. Destacan, obviamente, el ya mencionado Stanley Tucci y Tommy Lee Jones, que prácticamente nació para interpretar a reacios militares de buen corazón. También quisiera mencionar a Haley Atwell, y Peggy Carter, en general, como una sorpresa en su momento. Con frecuencia, el único propósito de un personaje femenino en una película de superhéroes es darle al protagonista a quién salvar, tal vez aderezando al personaje con un poco de «feistiness» superficial, pero el personaje de Peggy Carter llega ir un poco mas allá, dejando estos clichés y creando un personaje bien establecido y creíble. Es obvio que otros también vieron mucho potencial en el personaje, por lo que acabó recibiendo su propia serie que fue uno de los mejores programas de television relacionados con superhéroes. Diría que la Agente Carter es el mejor personaje femenino de Marvel Studios (y lo es, sorry S) pero no hay necesidad de hacer distinciones de género; Carter es uno de los mejores personajes del MCU y una piedra angular en los cimientos de su pasado.
Lo más decepcionante de la cinta fue Hugo Weaving como Red Skull. Después de haber encarnado la maldad como el Agente Smith en Matrix, todos esperábamos que destacara en Captain America: The First Avenger; desafortunadamente, el guión no se puso a su nivel, lo que considero la más grande oportunidad perdida de la película, ya que tenía el potencial de ser un villano memorable, y Weaving definitivamente tiene el talento, pero sólo resulto un villano visualmente memorable pero no particularmente interesante, a pesar de tener la semilla dada la yuxtaposición de Steve Rogers y Herr Schmidt como opuestos, uno de los elementos imprescindibles en una enemistad épica como nos tienen acostumbrados los comics. Además de que jamás llego a ser tan aterrador como debió de haber sido. Ahora creo que ya es tradición que los villanos de Marvel Studios (fuera de las series de Netflix) decepcionen, pero en ese entonces, solíamos tener más esperanza.
Captain America: The First Avenger le dio su forma al universo Marvel, y debería de tenerse en tan alta estima como las cintas de Favreau o Whedon por su participación en el experimento cinematográfico más ambicioso en la historia del cine.