Prologo
Sin duda saben esta parte de la historia pero gracias al numero ilimitado de párrafos que tengo a mi disposición la voy a contar de nuevo: gracias a que 300 había tenido un éxito inusitado y bajo los auspicios del consentido del estudio Christopher Nolan, Zack Snyder fue contratado para dirigir un reinicio de Superman. El resultado fue la divisiva Man of Steel, que si bien no fue un rotundo éxito en taquilla (y menos en critica) supera la decisiva barra de recaudar más que su antecesora, Superman Returns. En el equivalente de darle las llaves del automóvil a un infante de tres años, WB le dio las llaves de su universo a Snyder y el resultado fue Batman v Superman: Dawn of Justice, una de las experiencias cinematográficas más miserables de la historia del medio. El pánico que causó en el estudio llevó a cambiar los planes de Justice League, lista para iniciar a filmarse una semana después del estreno de dicha cinta. El resultado no fue del agrado del estudio, aún después de que se ejecutaran los cambios solicitados. Joss Whedon, con el éxito de The Avengers en su resumé y con los rumores de su despreciable personalidad aún en susurros, fue elegido para rescatar la cinta, en el equivalente de querer cambiar el rumbo de las vías mientras el tren va a toda velocidad.
Justice League de Joss Whedon (de ahora en adelante, Josstice) fue un desastre en la crítica y la taquilla; una desafortunada mescolanza de estilos diametralmente opuestos que si bien no enteramente desprovista de ciertos encantos, como ejercicio resultó incoherente, contradictoria y desconectada. Debido a ciertos acontecimientos que no voy a relatar aquí, WB le dio la oportunidad a Snyder de terminar su versión de Justice League (Jusztice): Sin las presiones de un estreno en cines, HBOMax le permitió tener una descabellada duración de 4 horas. La primera pregunta a responder corresponde a la naturaleza del arte: ¿es Jusztice la misma película que Josstice?
No, no lo es.
I. was doing this before Snyder so knock it off
La importancia del video casero en las ultimas décadas le ofreció al cine la habilidad de ofrecer al publico versiones “Extendidas”, siendo las más famosas aquellas creados por Peter Jackson para The Lord of the Rings. Libradas de las restricciones de duración inherentes de las exhibiciones publicas, los cineastas podían ahora ofrecer versiones que no eran viables para una sala de cine. Sin embargo, ninguna de estas versiones alternas han sido transformativas. Se puede argumentar que son superiores, como lo pienso con la mencionada trilogía Tolkienesca; sin embargo, siguen siendo las mismas películas, y ya que aprecio su dirección, su guión, su fotografía, música y actuaciones, el tener más es positivo, pero dudo que alguien que las deteste cambien de opinión al tener más escenas de Frodo y Sam caminando por las praderas. De igual manera, y volviendo a Snyder, una cinta atroz como Batman v Superman se convierte en una tortura al agregarle más estúpida trama, con más minutos para demostrar la imbecilidad de sus protagonistas.
Pero Jusztice no es así. No es una version extendida de un estreno en cine. Incluso si no se suscriben por completo a la teoría del auteur (i.e. que una cinta es el resultado total de su director) es difícil negar que Joss Whedon y Zack Snyder son dos autores con marcadas tendencias estilísticas y narrativas que son fácilmente reconocibles para el público. La trama podrá ser la misma, pero la manera de contarla es diametralmente distinta. Dudo que alguien pueda decir que Psycho de Gus VanSant es la misma película que Psycho de Alfred Hitchcock, a pesar de que es exactamente el mismo guion y VanSant hace todo lo posible por recrear la cámara de Hitchcock. Y para nuestros amigos amantes de los paneles en cuatro colores, el decir que el Spider-Man de Stan Lee y Steve Ditko es lo mismo que Chapter One de John Byrne solo recibiría una justa alquitranada y emplumada.
Entonces, no es la misma película a pesar de tener la misma trama por la virtud de que Whedon y Snyder son opuestos cinematográficos y Jusztice es enteramente (hasta cierto punto) la visión de Zack Snyder. La interrogante que queda es: ¿es una mejor película? Y en caso de que la respuesta sea “sí” ¿es una buena película? Eso es más difícil de contestar.
II. DO YOU BLEED
Antes de iniciar con la película, se debe tocar el tema del pésimo trabajo que hizo WB al establecer su universo en el cine. A diferencia de su competencia, que trabajo durante media década con empeño y cuidado, WB decidió apresurarse e introducir o reintroducir personajes en apenas en apenas tres cintas, dos las mencionadas Man of Steel y Batman v Superman, lo que deja la titánica tarea de introducir tres personajes más para lo que sería la culminación en Justice League. Si bien esto es criticable y llevó finalmente al debacle de estas versiones duales, el más grande defecto en esta estrategia no fue la falta de cintas para introducir a los personajes, sino la pésima manera en la que se manejó en las que sí fueron lanzadas. Tanto Man of Steel como Batman v Superman fueron pueriles intentos de dramatismo que fallan en representar a sus dos personajes e intentan contar historias complejas muy por encima de los talentos del director. Es por eso que fracasan en intentar retratar profundidad, confundiendo complejidad con excesiva trama y huecas postulaciones filosóficas.
Jusztice, por su parte, tiene éxito porque, a pesar de su apabullante duración, es una historia extremadamente sencilla y directa: tres nuevos personajes encuentran el heroísmo necesario para salvar la Tierra de un villano cuyo plan se limita a recolectar 3 macguffins.
III. Faith
Jusztice nos presenta tres héroes que ya habían sido previamente establecidos, y dos de ellos son las partes más débiles de la película. Si bien Patty Jenkins muestra a Diana como el avatar de la bondad, la verdad y la empatía, la Wonder Woman de Snyder continúa mostrando la desconexión de Snyder entre plasmar la violencia que tanto ama con el supuesto rol inspirador del personaje. Su Wonder Woman, obviamente, desintegra terroristas con crueldad sanguinaria contraria a su carácter y degolla villanos mientras adorables niñas le dicen que quieren ser como ella cuando sean grandes y que solo funciona parcialmente porque Gal Gadot tiene la misma cualidad Reevesca de emitir compasión y empatía en la mirada. Lo mismo ocurre con Henry Cavill y su Superman, que regresa de la muerte y retoma su papel súper heroico mientras Snyder nos recuerda diálogos de Man of Steel que obvian lo pobremente construido que fue el personaje y su representación simbólica. En ocasiones, la nobleza de Superman resalta en sus interacciones con Lois, Martha y su breve conversación con Alfred, pero Snyder una vez más regresa a sus instintos al regodearse en la visión brutal que tiene del personaje en sus conflictos inevitables cuando llega la hora de poner en práctica sus poderes. Josstice es inferior en todos aspectos menos este: el Superman de Whedon es superior y su brillo es lo único que se extraña de esa versión.
La sinopsis oficial de la cinta resume el arco de Batman así: “Al haber restaurado su fe en la humanidad, Batman etc, etc” y es una visión imaginaria del cambio de un infantil edgelord a un salvador gracias al sacrificio de aquel que pasó toda la película tratando de matar solo porque sus mamás se llaman igual (no necesito que expliquen esa parte. Todo el mundo la entiende. Igual la mayoría lo considera ridículo) pero pretendamos que la antecesora de esta cinta no es un bulboso hemorroide en el trasero del cine. Si el Batman de Batman v Superman es una de las peores versiones del personaje que apela a los instintos más anodinos de los fans, el Batman de Jusztice es la versión superior; la que no se encuentra ensimismado en sus bizantinas obsesiones y que busca la ayuda de los demás para cumplir sus objetivos, incluso llegando a inspirar a los demás héroes. Su respuesta a Alfred sobre el eventual regreso de Superman en el momento justo “Faith, Alfred, Faith” demuestra la superioridad de esta versión, El cambio de dirección y actuación es tan drástico que su plática con Aquaman al inicio fue una de las pocas que incorrectamente había asignado a Whedon al ver Josstice. Se ha dicho (por mí) que un Batman es solo tan bueno como su Alfred, y aquí Jeremy Irons hace un bello papel tanto en sus interacciones principales con Bruce como con el resto de los héroes, en particular con Wonder Woman.
Snyder por fin logra mostrar de manera competente a Batman, es inconsistente con Wonder Woman y una vez más falla con Superman. Comparada con las anteriores, seria un gran logro por sí mismo, pero con tantas horas de pietaje, aún falta mucho camino por recorrer.