¿Recuerdan esa fabulosa película de los 90’s? ¿Esa donde unos extraterrestres hacían pomada a los Estados Unidos (y aparentemente al resto del mundo), destruían casi todos los monumentos más representativos de la Unión Americana, Bill Pullman daba el discurso de la década y WIll Smith y Jeff Goldblum destruían una nave interestelar y nos salvaban a todos?
 
Si, Independence Day sin duda nos marcó a muchos. Y no, no es la mejor película de ciencia ficción ni la que tiene mejor historia o la que puede presumir de las mejores actuaciones pero tenía un algo que te hacía disfrutarla por montones. Su emotividad tanto en la tragedia como en el resurgimiento de la raza humana (conseguido en gran parte gracias a esa banda sonora de David Arnold que vaya que era otra onda) y los efectos especiales eran todo un espectáculo, aparte del carisma de los actores principales.
 
Y bien, de repente a alguien se le ocurrió que esta película necesitaba una secuela…20 años más tarde y sin Will Smith. La idea en si no es mala, hay mucho que se puede explorar luego de un evento así: ¿Qué implicaciones tuvo la invasión en la sociedad?, ¿Qué uso se le dio a la nueva tecnología?, ¿Qué fue de los protagonistas? Y sobre todo ¿Está la humanidad definitivamente a salvo de un nuevo ataque?
 
Debo reconocer que todo esto se responde, aunque sea por encimita, en la no demasiado esperada secuela de Independence Day. Pero lo que realmente debía preocuparle a los productores y escritores era que ésta segunda parte estuviera a la altura de su predecesora. Lamento informarles que no fue así.
 
Como decía antes, la película original no es una obra maestra más que si acaso por los efectos especiales para esa época, sin embargo tenía un corazón muy bien puesto y una gran energía a lo largo de la película. Es muy disfrutable aún hoy en día sentarse a ver ésta cinta por la sencilla razón de que es muy entretenida y con unos momentos muy emblemáticos (cuando comienza la destrucción, el discurso del presidente, el contra-ataque, todos esos momentos son fantásticos) que aún emocionan.
 
Todos estos elementos bien logrados en la primera parte simplemente desaparecen en la segunda. El objetivo de la nueva entrega es simplemente darnos más de todo. Más tragedia, más destrucción, más aliens, más personajes y más efectos. La colosal nueva nave invasora es impresionante y la destrucción que deja a su paso es inverosímil pero tristemente no impacta prácticamente nada. Visualmente es asombrosa pero el toque humano queda casi completamente de lado durante todas las escenas de desastre. Un buen logro de la primera cinta fue que mientras destruían las ciudades veías a los angustiados ciudadanos sucumbir en el fuego mientras trataban desesperados para salvarse. Aquí solo vemos a los protagonistas hacer maniobras bien cool a bordo de su nave mientras medio planeta es arrasado. ¿Qué pasó con toda esa gente? Pues valieron queso, pero ¿Cómo fue? A quien le importa.
 
Desde la primera entrega tuvimos un montón de personajes secundarios que aparecían en escena y que al final del día tenían un papel importante en la trama y que le daban mucha humanidad a la cinta y trasfondo a los personajes principales. Parece que quisieron hacer lo mismo en ésta segundo aparte pero en esta ocasión la gran mayoría de los nuevos personajes pasan totalmente de noche. El nuevo chico chicho del pueblo (tal vez lo recordarán como el hermano en la vida real de Thor XD) no es más que un tipo genérico de acción y los demás están peor, complemente olvidables. Al final de la cinta ni recordabas que esos personajes existieran.
 
La banda sonora deja mucho que desear. Demasiado. La emotividad y la alegría y energía que David Arnold le puso a la primera prácticamente se desvanece en esta secuela. Es imposible no recordar las tonadas cuando a tu mente vienen escenas de la primer parte. Hoy en día no puedo rememorar ninguna de la segunda entrega.
 
Todo lo relacionado con la nostalgia proveniente de la primera película es lo mejor (o lo único bueno) de la cinta. Ver al presidente Whitmore, al buen David y a su padre inmortal, incluso al doctor Okun y el poster de Steve Hiller le dan un aire muy padre de solemnidad, lamentablemente solo es unos cuantos minutos.
 
Como en la primera parte, tenemos muchos momentos dramáticos que hacen pensar que la humanidad está al borde de la aniquilación, sin embargo esos momentos son terriblemente desperdiciados. La muerte de varios de los personajes, la destrucción de las ciudades y la gran batalla final carecen de emoción casi por completo. Una pena, ya que tenían todo para hacer click con el público pero en vez de enfocarse en la pérdida humana y en el heroísmo del sacrificio de los personajes la película solo se limita a contarte lo que ocurre sin darle emoción al asunto.
 
Debo reconocer que me sorprendió gratamente el giro que le dieron a la trama que deja todo listo para la subsecuente tercera parte que…hoy por hoy no sé si quisiera que se diera (y honestamente no sé si sea viable ya que la taquilla no fue demasiado generosa con esta secuela). Así que solo el tiempo dirá si esto fue un terrible fracaso que es mejor olvidar o si será el literal resurgimiento y reinvención del clásico noventero que se convierte en franquicia.
 
Mi calificación: 2.5 de 5 rayitos en mi Botesómetro. ¿La conseguiré e su versión casera? Dúdolo mucho. Dependerá de cómo se dé el futuro para esta franquicia pero realmente lo veo improbable.
 
My two cents. 

#BotePower

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