¿Alguna vez han escuchado acerca de la cinta Blade Runner de 1982?, ¿No? No me extraña, Blade Runner es una película que a pesar de tener gran reconocimiento hoy en día por su correspondiente nicho, fue un estrepitoso fracaso en su momento.

Sumamente criticada, desprestigiada y ninguneada, Blade Runner fue considerada como un rotundo descalabro en las carreras de Ridley Scott (lo conocemos dirigiendo cintas como Alien, Gladiador y Thelma & Louise entre otras) y Harrison Ford (no necesita presentación). Sin embargo al paso de las décadas, el filme fue adquiriendo seguidores y prestigio elevándola a película de culto y siendo considerada una de las mejores cinta de ciencia ficción de la historia.
Sin embargo su escaso éxito en el momento de su estreno tiene sus explicaciones. La cinta puede ser demasiado cerebral para el espectador espontáneo, requiere que el público ponga atención a lo que está viendo y una los puntos para entender la trama. El ritmo es algo lento y cansado y hay muchos momentos de exposición y diálogos que para mucha gente entonces (y aún hoy en día) resultan aburridos.
Apreciar esa cinta requiere de cierto esfuerzo pero una vez que se consigue te das cuenta de sus logros y bondades. Su estética, su atmósfera, sus personajes y sobretodo el tema que está abordando: La humanidad y qué es lo que la define. ¿Qué te hace humano?
A final de cuentas y tras más de 3 décadas, llegaría la poco esperada y hasta no deseada secuela de aquella icónica película: Blade Runner 2049 bajo la dirección de Denis Villeneuve (director de Arrival y Sicario entre otras) y la producción del mismo Ridley Scott.
Los amantes de la primera película estaban rehaceos a aceptar una secuela. ¿Era realmente necesario?, ¿Le haría justicia a su predecesora?, ¿Lograrían que Harrison Ford demostrara alguna emoción real y creíble en su actuación?
Para sorpresa de prácticamente todos la respuesta a dichas preguntas fue un sí rotundo.
Tal vez no era “necesaria” per se, sin embargo el producto final entregado hace que se agradezca sobremanera su simple existencia. Blade Runner 2049 nos sitúa varios años en el futuro de la ya futurista primer entrega, donde vemos qué es lo que sucede con los protagonistas de la primera cinta y la evolución de la humanidad hasta entonces.
Los dilemas existenciales siguen presentes e incluso se abordan de una manera mucho más directa, cruda y perceptible, encarnados en nuestro nuevo protagonista, el oficial de policía “K” interpretado de manera gloriosa por Ryan Gosling (La La Land, Drive, etc). Las emociones contenidas y finalmente liberadas explosivamente por parte del personaje son representadas de manera magistral por Gosling al grado que la empatía que sientes hacia él se da de manera muy natural.
El resto de las actuaciones no se quedan atrás. Ana de Armas como Joi y Dave Bautista como Sapper tuvieron representaciones sorprendentes (si, el buen Bautista sabe actuar y muy bien), Jared Letto como odioso villano y Sylvia Hoeks como su temible asistente transmiten justo lo que el espectador necesita y qué decir de la sorpresivamente buena interpretación de Harrison Ford retomando su rol como el detective Rick Deckard. Sí, Don Ford aun actúa sin parecer una marioneta de carne.
El ambiente es sobrecogedor dada la distopía que nos están presentando y la atmósfera generada visualmente y gracias también a la magistral labor del mago musical Hans Zimmer. Todo esto combinado nos regala una experiencia completa donde muy pocas cosas quedan a deber.
Ahora la pregunta de los 64 mil, ¿Es necesario ver la primera película antes de ver 2049? La respuesta es no, no necesariamente. Puedes ver ésta entrega y disfrutarla lo suficiente. Toda la información requerida está ahí, sin embargo para tener una experiencia completa si es recomendable ver primero la Blade Runner original; solo para disfrutar todas las referencias a la misma en ésta nueva cinta.
Las actuaciones, la atmósfera, la trama, el mensaje…todo es sencillamente fantástico. Estamos ante una de las mejores películas del año y de los últimos tiempos al menos entrando en su categoría. No tiene desperdicio y sus casi 3 horas valen cada centavo que se haya pagado por las entradas.
Cabe mencionar que ésta secuela es mucho más directa que su predecesora, por lo que el dilema de la interpretación por parte del espectador queda de lado, solo hay que acomodarse en el sillón y disfrutar de ésta obra de arte.
¿Mi calificación? 4.5 de 5 rayitos en mi botesómetro…y posiblemente pueda subir a la perfección pero tendría que verla de nuevo…solo el tiempo lo dirá. Y claro que por supuesro que desde luego que si adquiriré la versión casera. En bluray y en edición de colección por favor.
Gracias Denis. Gracias Ridley. Gracias Ryan. Son la pura onda.
My two cents.
 
#BotePower

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