Maléfica nos regaló la versión cinematográfica de Dark Phoenix que este año Fox nos negó…

Bajo la dirección de Joachim Ronning con guión de Linda Woolverton con Noah Harpsten y Micah-Fitzerman Blue, Maléfica: Dueña del Mal nos sitúa cinco años desde el final de la cinta anterior. Todo es alegría y paz para Maléfica (Angelina Jolie) qué pasa sus días observando como su hija Aurora (Elle Fanning) gobierna con sabiduría y empatía el Páramo de las hadas mágicas; la tranquilidad termina cuando Felipe (Harris Dickinson) llega a pedirle matrimonio a Aurora, a lo cual ella acepta. Maléfica entonces deberá enfrentar a sus suegros, lo cual incluye a la manipuladora, descorazonada e infame Reina Ingrith (Michelle Pfeiffer).

Maléfica: Dueña del Mal fue producida tras el éxito financiero que su antecesora obtuvo hace cinco años. Mejor aún, los productores buscaron una historia más sólida en interesante sobre la cual continuar este cuento de hadas.

Dueña del Mal es una cinta divertida y emocionante que aprovecha las fortalezas de su elenco mientras nos brinda una historia que, aunque con tropiezos incluyendo un final apresurado y algo cursi, es una sólida reflexión sobre la maldad, el rechazo a la otredad y a lo diferente, y a lo fácil que es manipulable la opinión pública.

Angelina Jolie se divierte y juega como la poderosa emperatriz del mal (un título que sabe es injusto aunque le produce diversión asustar a los otros) a la vez que descubre sus orígenes y la vital importancia que juega en el reino mágico. Indicaba al principio que Dueña del Mal es la versión de Dark Phoenix de los X-Men que Fox nos negó este año, pues más allá de la obvia utilización de las figuras mitológicas en común, es una magnífica reflexión sobre el conflicto interno de quien no desea cometer actos violentos pero a quien las circunstancias quieren empujar. Los mejores momentos de Jolie son aquellos donde muestra el dilema emocional del personaje entre su amor por su hija, su desprecio hacia los humanos y el bienestar de su pueblo.

Michelle Pfeiffer se luce como la perversa y malévola Reina Ingrith. Es delicioso como Pfeiffer borda un personaje tan oscuro, retorcido, hipócrita y manipulado. Varias veces en la cinta hacía corajes de las trapacerías que la Reina malvada hacia.

Una vez más, Elle Fanning y el nuevo Felipe, Harris Dickinson, brillan por su ingenuidad e inocencia; aunque es encomiable que al menos en esta cinta, los personajes maduren y estén más avispados. En especial es lindo como Fanning encarna la absoluta empatía e inherente bondad que una princesa Disney debe portar.

Sam Riley (el magnífico Sam Riley) como el cuervo Diaval, vuelve a robarse la película como el mejor asistente/consejero que cualquier hada oscura puede desear. Le brinda comicidad y empatía a muchas escenas.

Finalmente, quiero resaltar que el aspecto visual de la película es maravilloso. El director se regocija haciendo unos close up difuminados que son hermosos y ayudan a resaltar el ambiente creado. El diseño de producción de las criaturas mágicas, incluyendo toda la claque de hadas oscuras que conocemos es magnífica. Aunque sea un mundo completamente digital el que recrea la cinta, es visualmente hermoso y plasma de manera perfecta la estética de un cuento de hadas.

Maléfica: Dueña del Mal sufrirá el destino de varias secuelas que no alcanzan el éxito financiero de sus antecesoras, pero les puedo garantizar que esta segunda parte es muchísimo mejor que su antecesora.

Eso sí, si siguen esperando ver a la villana (unidimensional) de la cinta animada, esta cinta les seguirá quedando a deber. Maléfica es dueña del mal desde cierto punto de vista, pero en realidad es la heroína que este mundo necesita. Una heroína que no le teme a su oscuridad, la explora y reflexiona, para finalmente luchar por lo que ama, y destruir la maldad.

Denle una oportunidad, son dos horas bastante entretenidas.

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