«Soy brillante, soy malvada, y un poquito loca…»

En 1961, dos años después de que La Bella Durmiente tuviera un recibimiento tímido, Walt Disney estrenó una apuesta animada ambiciosa que validó los talentos narrativos del productor, 101 Dálmatas (o La Noche de las Narices Frías) fue un éxito financiero y de audiencia que reafirmó el amor de las audiencias por los perros, la música, las historias emotivas y los villanos imponentes y memorables. Una parte sustancial del éxito de la cinta animada fue Cruella de Vil, personaje que ya existía en la novela original de Dodie Smith y que Marc Davis, animador en jefe del personaje llevó a niveles míticos con su estrafalario y fantástico porte.

Disney tuvo en 101 Dálmatas un éxito que se convirtió en franquicia con los años. 101 Dálmatas (probablemente debido a su relativa facilidad para adaptarse al cine en acción viva) fue la primera película animada que Disney adaptó en acción viva en 1996 con Glenn Close como la villana protagonista. Dicha película fue un éxito inmediato y Disney comisionó una secuela estrenada en el 2000. La película animada además tuvo una secuela en 2002 y ha dado origen a dos caricaturas. Por ello, y considerando que Disney ha dedicado sus últimos años a explorar y revisitar su bóveda animada con cintas en acción viva era inevitable que regresaran al mundo de 101 Dálmatas.

Anteriormente había postulado que Disney tiene dos acercamientos a sus clásicos animados al trasladarlos a acción viva. O son una fotografía que recrea cuadro a cuadro la cinta original, o son una reversión que se aleja completamente de la cinta animada. Dado que 101 Dálmatas de 1996 hace lo primero, Cruella hace lo segundo. De hecho, su enfoque es muy similar al de Maléfica y su secuela, al retomar a una villana clásica de las películas animadas y volverla un icono cuasi super heroico. Lo hace con mucho mayor éxito narrativo y visual.

Bajo la dirección de Craig Gillespie (Yo, Tonya), escrita por Dana Fox y Tony McNamara, basados en una historia de Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis, Cruella nos presenta la vida de Estella (Emma Stone), una impetuosa y enérgica mujer que por un evento trágico pierde a su madre a temprana edad y termina siendo ladrona junto con sus mejores amigos Gaspar/Jasper (Joel Fry) y Horacio/Horace (Paul Walter Hauser). Su vida da un giro cuando es contratada como diseñadora de una prestigiosa casa de moda dirigida por la Baronesa (Emma Thompson), donde los talentos de Estella brillarán, pero el pasado perseguirá a estos personajes, lo que dará pie al surgimiento de Cruella.

Hay una palabra en inglés que me gusta mucho y que creo que ninguna traducción le hace justicia a lo que significa: Glossy. Para efectos prácticos quedémonos en que es algo como suave, brillante, atractivo y estilizado (les dije que tiene demasiado contexto). Cruella es una película glossy de principio a fin, y que por esto termina siendo deliciosa y fantástica en todo sus sentidos.

El guion es bastante elaborado y se toma su tiempo para contar su historia. Algunas personas se han quejado de que la cinta es excesivamente larga pero no sentí que así fuera. Dura dos horas y quince minutos pero es un tiempo más que justificado para contar su historia. Nos presenta un prologo con la infancia de Estella, un primer acto con Estella aburrida de su vida de ladrona y empezando a navegar en el mundo de la moda, un segundo acto donde Estella descubre verdades dolorosas a la vez que da origen a Cruella como un mito urbano, y el tercer acto donde vemos (¡spoiler!) la muerte de Estella y el nacimiento definitivo de Cruella. En el inter pasan muchas cosas, pero la trama nunca deja ser lineal, construirse de manera lógica y formal, y contribuir a un cierre emocional divertido y poderoso para nuestro personaje.

Algo que me sorprendió muchísimo de esta cinta es que pese a todos los elementos estilísticos exagerados y glamorosos la cinta nunca deja de sentirse realista y plausible dentro de su propio contexto creado, lo cual me parece sumamente positivo pues permite generar conexiones emocionales con los personajes y situaciones que se ven en pantalla. El elemento narrativo más exagerado sin duda son los elaborados y fantásticos planes de Cruella para molestar a la Baronesa, y su exageración me pareció encantadora y adorable, pues básicamente en pantalla se ven los planes de un supervillano de cómics o caricatura puestos en acción con una maestría, encanto, y diversión perdurables.

La cinta gira en torno a dos personajes femeninos fuertes y sin duda Emma Stone y Emma Thompson brillan con encanto, magia, talento y emoción en pantalla. Es palpable que ambas se divirtieron enormemente al filmar esta película y es encantador apreciarlo en pantalla pues ambas son magníficas. Emma Stone juega de manera fantástica con su tímida, amable e inocente Estella a la vez que conquista con su brillante, encantadora e imponente Cruella. No estamos ante dos personajes que se desasocien de forma grotesca o irreconciliable sino personalidades que se complementan. Aunque Estella muere al final de la cinta, la Cruella platónica prime tiene las mejores características de Estella y Cruella.

Emma Thompson por su parte construye una villana encantadora, malvada y elegantemente salvaje con su Baronesa. Quienes comparan a la Baronesa con Miranda Priestly de El diablo viste a la moda aciertan en que existen paralelismos pero Thompson eleva el volumen con un personaje aun más malvado y delirante. Joel Fry le da una complejidad emocional y encanto a Jasper que el personaje nunca tuvo en encarnaciones anteriores mientras que Paul Walter Hauser logra que los elementos cómicos de Horace sean equitativos con la resonancia emocional que Jasper y Horace tienen para Cruella al ser su autentica familia. Kirby Howell-Baptiste y Kayvan Novak interpretan a Anita Darling y Roger, los protagonistas humanos de la cinta original, que aquí, convertidos en periodista de la moda y abogado de la Baronesa se vuelven secundarios encantadores.

Quiero hacer un reconocimiento especial a John McCrea quien interpreta a Artie, dueño de una tienda de moda de segunda mano y quien se une a Cruella volviéndose jefe de su staff de modistas y costuristas de Cruella. Artie es un personaje LGBT+ y auténticamente merece el motto del primer personaje LGBT+ de Disney en cine. Su personaje es encantador, relativamente importante en la trama, visualmente notable y memorable, y que logra destacar por su relevancia más que por sus etiquetas. No es Lefou de La Bella y la Bestia o la policía de Unidos. Tampoco es todavía Carlos y Seb de High School Musical, The Musical, The Series, pero es un progreso importante y es un paso en la dirección correcta. Si, me gustaría que hubiera desarrollado una relación afectiva con Horace o algo así. Pero es un buen paso.

Finalmente, es necesario reconocer el magnífico trabajo que hizo el equipo creativo y técnico de la cinta. En especifico el diseño de vestuario de Jenny Beavan y el diseño de producción de Fiona Crombie, así como la fantástica banda sonora elegida por la música y el magnífico score de Nicholas Britell. La película funciona en su conjunto no sólo por la divertida historia y las brillantes actuaciones, sino por el gozo estético que es ver esta película. Los vestuarios que usan Cruella y la Baronesa a lo largo de la película son delirantes, visualmente hermosos y estruendosamente creativos. Capturan a la perfección la era en la que sitúan la cinta a la vez que despliegan y expanden el colorido a niveles fantásticos y que definen la naturaleza de ambos personajes. El diseño de producción es además visualmente maravilloso pues retrata este Londres punk, glamoroso, excesivo, cálido y fastuoso que la cinta requiere.

Cruella es un triunfo cinematográfico más de Disney que logra destilar con eficiencia la esencia que el personaje animado siempre tuvo: el exceso, el estruendo, el glamur, la moda y la malicia, a la vez que la dota de un trasfondo emocional y humano profundamente rico y poderoso que mediante una historia resonante, honra la fuente animada de la cual bebe, y transforma a una de las villanas más clásicas del cine, en un icono digno de admirar y seguir. Un personaje fuerte, valioso, brillante, deslumbrante y delirante.

Y si, queremos secuela, queridos.

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