“There is no Hope in Crime Alley”
Detective Comics v1 #457
Guión: Dennis O’Neil
Arte: Dick Giordano
Año: 1976
You dare pull a gun on me — here!?
Todos sabemos quien es Batman y porque hace lo que hace – esa decisión tomada hace décadas, en la que después del asesinato de sus padres, juró dedicar su vida a combatir el mal que le quitó a las dos personas que más amaba. Entre los origines para un superhéroe – para un personaje de ficción, en general – difícilmente se puede encontrar uno mejor; es terrible, es trágico y es sobrecogedor. Y en pocas ocasiones hemos visto el efecto que este evento ha tenido en el personaje de Batman de una manera más visceral que en Detective Comics #457, un verdadero clásico por parte del escritor Dennis O’Neil y el dibujante Dick Giordano.
Es el aniversario de la muerte de los Wayne y Bruce se encuentra inquieto. Como cada año, tiene programada una visita al Callejón del Crimen, ese lugar otrora muestra de la opulencia de Gotham que ahora se encuentra dilapidado einfestado de violencia, como si el asesinato de los papas de Bruce hubiera abierto una herida que ahora se encuentra infectada en el corazón de la ciudad. Bruce no sólo visita el Callejón, sino también a una persona en particular: Leslie Thompkins.
Para todos aquellos que no están familiarizados con el personaje, Leslie Thompkins sería modificada un poco la próxima vez que se reajustara la realidad. Se convertiría en una doctora con una clínica que ayuda a los desposeídos de Gotham (y luego se vería envuelta en una terrible historia, de la cual es mejor nunca hablar) que sabe la identidad secreta de Bruce, pero aquí, en su forma original, aún no tiene varios de esos elementos. Sin embargo, sí posee los más importantes: acogió a Bruce en ese instante en el que su mundo dejó de tener sentido y ha dedicado su vida a ayudar a los demás desde entonces. Los paralelismos que muestra O’Neil en la trama son muy importantes; tanto Bruce como Leslie viven en un mundo oscuro, donde la violencia y la muerte parecen cubrir todo a su alrededor y en respuesta a un acto de violencia escalofriante se dieron a la tarea de cambiar el mundo en el que viven. Con la voz de Leslie, O’Neil enuncia el verdadero punto de Batman, que no es la venganza ni la violencia, sino el deseo de evitar que lo que le ocurrió a él no le ocurra a nadie más.
La primera parte de la historia se centra en la búsqueda de Leslie, ya que en el camino Batman tiene que detener un par de crímenes en proceso, un trabajo rutinario para el Caballero de la Noche. El problema ocurre cuando uno de esos crímenes involucra directamente a Leslie. Un par de ladrones quieren quitarle su dinero, y ya que es la intención de Leslie es usar ese dinero para caridad, ella se rehusa a dárselos. Siendo una persona increíblemente bondadosa, incluso ofrece darles un cheque a los ladrones, pero es cuando no quieren aceptarlo – y se sorprenden de su oferta – que la situación empieza a tornarse violenta. Es ahí el momento en el que Batman hace su aparición y uno de los ladrones apunta su arma hacia él.
Una pistola. Hacia Batman. En el Callejón del Crimen. En el aniversario de la muerte de sus padres. La reacción de Batman, el diálogo, y el perfecto arte de Giordano en esas dos páginas que conforman la confrontación y el recuento del origen del personaje lo hacen uno de los momentos más poderosos que he leído en un cómic. Mientras que en muchas ocasiones se ha traído el recuerdo de la noche en que murieron los Wayne en un sinfín de situaciones, en ninguna otra el evento se ha sentido con tanto peso, con tanta carga emocional como en esta historia. Sobra decir que esto desencadena la furia salvaje y atroz de Bruce en contra del criminal; después de todo ¿quién lo culparía si fuera más allá de lo que su código moral auto impuesto le permite? porque Batman se forjó en medio de violencia y es ahí donde radica. Excepto que en ese momento tiene a Leslie, para recordarle cuanto es suficiente.
Por más que sea impactante el momento cumbre de la historia, esa no es la única razón por la que consideró “There is no Hope in Crime Alley” una de las mejores historias de Batman. La otra razón es por Leslie Thompkins, y las cosas que significa para Batman.
En la breve conversación que finaliza la historia, Leslie hace alusión a que espera poder vivir en un mundo sin Batman. Un mundo sin Batman es, lógicamente, un mundo que no necesita a Batman, i.e. un mundo sin crimen. Sin violencia. Tal vez sea demasiado idealista, o demasiado iluso, pero no es la expresión lo que tiene significado, sino el sentimiento. El título de la historia resulta una falacia, como debe de ser. Sí hay esperanza en el Callejón del Crimen. Siempre hay una luz en la oscuridad, y en el potencialmente oscuro mundo del Caballero Nocturno, es lo que representa Leslie.
Sin duda el momento más irreductiblemente oscuro en la vida de Bruce Wayne es el asesinato de sus padres. 75 años de historias tienen como fulcro ese evento en particular. Y Leslie Thompkins estuvo con él. No sólo como la mencionada ‘luz en la oscuridad’, sino como una muestra de una verdad más importante, más fundamental sobre el personaje. Pero eso lo dejaremos para otra ocasión.
“There is no Hope in Crime Alley” es hermosa en su sencillez y directa en su impacto. El arte de Giordano es precioso e icónico; sin duda alguna vez han visto esa primera página con la faz de Batman enmarcando el Callejón del Crimen, y en su guión logra destilar varios aspectos muy importantes de Batman que han estado presente en su historia. Creo que la idea de Batman es mucho, mucho más grande de lo que vemos aquí, pero como base, pocas historias logran un entendimiento fundamental de su personaje como la contada aquí por la dupla O’Neil/Giordano.